viernes, 10 de enero de 2014

Pintar cajas de madera II: pequeños joyeros para regalar

Ahora que ya se han pasado las fiestas y todos los regalos han sido entregados a sus respectivos destinatarios, puedo publicar este post sin miedo a estropear ninguna sorpresa. 


Ya he comentado en alguna ocasión que los tutoriales no son mi fuerte, porque siempre se me olvida hacer fotos durante el proceso, para documentar el paso a paso, pero aun así voy a hacer un esfuerzo por explicarlo lo mejor posible, con las fotos que sí saqué.

Compré estas cajitas de madera a un euro cada una en un chino cerca de casa. Las descubrí por casualidad en un estante, de hecho creo que es la primea vez que las traen. 



Tienen cajitas de todas las formas y tamaños, algunas sólidas como estas, otras con un cristal en la parte superior que deja ver su contenido. Las hay rectangulares, más o menos alargadas, y también con forma de cofre. También hay cajitas divididas en compartimentos, como las que se usan para guardar los tés y las infusiones, además de botes para lápices y otros tipos de recipientes y cajas, todas ellas realizadas en madera sin tratar, perfectas para pintar y decorar. Éstas en concreto, de las que me llevé seis, son pequeñitas, pero lo suficientemente espaciosas para servir de joyero donde guardar pulseritas, colgantes, pendientes o anillos.


Para pintarlas, usé una pintura especial para madera, un barniz ecológico de la marca Bloom que compré en Leroy Merlin. Es una pintura estupenda, con una base ligera, muy líquida y algo transparente, que tiñe la madera sin recargarla, dejando entrever sus vetas naturales. Ya la había probado antes, cuando pinté esta cajonera de IKEA, y quedé muy contenta con el resultado. Los colores son suaves y resistentes son lavables, se pueden limpiar con un trapo húmedo, y lo mejor es que cuando está recién aplicada la pintura se quita fácilmente con agua, por lo que no ensucia la ropa y es fácil sacarla de los pinceles y de las manos.


El primer paso fue dar una primera mano de pintura a todas las cajas, cada una en un color diferente. Tuve que hacerlo en varias sesiones, esperando a que la pintura se secase para poder pintar todas las caras y recovecos, tanto por la parte superior como por la base.

La primera mano la di tal cual, sobre la madera sin tratar, con todas sus asperezas e imperfecciones. Creo que de este modo la pintura agarra mejor, aunque igual es cosa mía.

En el bote de pintura pone que es recomendable dejarla secar unas veinticuatro horas entre capa y capa, aunque lo cierto es que la primera mano se absorbe y seca muy rápido.

Un consejo: si algún día trabajáis con esta pintura, fijaos siempre en que al pintar no caigan churretes por los ángulos de la madera. Recogedlos siempre con una pasada de pincel, ya que si los dejáis ahí, una vez secos se oscurecerán, quedando completamente a la vista, y una segunda capa de no los disimulará (ya os digo que es una pintura muy transparente). 


La primera capa de pintura no queda muy prometedora, porque el color resultante es bastante apagado, pero os aseguro que con la segunda capa mejora muchísimo.


Tras una primera mano de pintura, usé una lija de grano medio-fino sobre la superficie de la madera, para quitar las astillas y asperezas y dejarla uniforme. La primera mano de pintura aguantó perfectamente el paso de la lija, y las cajitas quedaron completamente suaves, tanto por la superficie como por sus ángulos y esquinas.


A continuación, di una segunda mano y las dejé secar toda la noche.


El siguiente paso fue forrar el interior de las cajitas con tela. Para la última cajonera que pinté, usé telas adhesivas. Dan un resultado estupendo, pero el problema es que son muy caras. Así que esta vez decidí usar unos retales de telas que compré hace algún tiempo en la tienda de pinchface en Etsy, sin saber muy bien todavía para qué los iba a usar. Vienen en packs de 30, son retales de distintos tamaños, algunos muy pequeños y otros bastante hermosos, y vienen todos mezclados, por lo que no sabes qué telas recibirás, sino que es en plan sorpresa, cosa que me encanta.


El paso más complicado es, seguramente, cortar la tela a la medida de las cajas. Lo suyo sería tomar bien las medidas con una cinta métrica, hacer marcas en el reverso de la tela con un lápiz de patronaje y cortar por las líneas con una regla metálica y un cúter. Eso sería lo profesional y lo elegante. Yo, sin embargo, me dejé llevar por la impaciencia y lo hice todo a lo bruto, un poco a ojo y con unas tijeras de cortar papel, así que el resultado fue un pelín chapucero, pero igualmente válido.



Para pegar la tela, usé cola blanca Ceys y me ayudé de los dedos y de un palito para empujar y estirar la tela, y evitar así que quedasen arrugas. 



La cola Ceys es estupenda y funciona fenomenal con la tela, porque pega muy bien y no pasa nada si te sales un poco o lo embadurnas todo, porque al secarse se vuelve completamente transparente.  

Algunas las forré por completo con tela, como estas.




En otras combiné la tela con algún motivo sencillito dibujado a mano alzada con un rotulador normal y corriente.



En esta probé a pintar el interior de la caja en otro color, y luego la decoré con un rotulador dorado (que se me secó a la mitad, aunque lo dejé como estaba porque no me disgustó el resultado).





En una de ellas probé a añadir algún detalle más, como estos botones, que pegué a la superficie con cola. 


En general no experimenté demasiado, y traté de decorarlas todas de forma similar, para mantener una cierta unidad entre ellas, pero de forma que cada una fuera única y especial a su manera. Decidí mantener las cosas lo más simples y sencillas posibles, para no recargarlas demasiado, aunque lo cierto es que las posibilidades creativas de esas cajitas son infinitas. 


A continuación sólo hubo que rellenar cada una de ellas con un regalito, envolverlas y entregarlas a sus respectivas destinatarias.


También pinté y decoré un pequeño armario de esos que sirven para guardar las llaves (también del chino), pero eso ya os lo cuento en otro post.


Materiales empleados:
  • 6 cajitas de madera sin tratar. Del chino
  • Barniz para madera Bloom en blanco, kiwi, azul, berenjena, amarillo mostaza y frambuesa. Leroy Merlin
  • Un pincel grueso y otro algo más fino para retoques. Leroy Merlin
  • Retales de tela. Etsy
  • Rotuladores normales y un rotulador dorado
  • Cola blanca Ceys
  • Tijeras
  • Lija de grano medio-fino
  • Botones de colores

3 comentarios:

  1. Me encantaron estan preciosas Graciela desde Uruguay.

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  2. Te quedaron muy bonitas. Yo también estoy experimentando con cajitas y me encanta. Saludos. Belén desde Lugo-Galicia-España.

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  3. Te quedaron muy bonitas. Yo también estoy experimentando con cajitas y me encanta. Saludos. Belén desde Lugo-Galicia-España.

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