Hace cosa más o menos de un año, o año y pico, os conté los quebraderos de cabeza que, durante años, desde que puse el primer pie en la adolescencia, me había traído el dichoso pelo graso, y cómo, tras mucho tiempo resignándome a lo que parecía inevitable, había por fin decidido tomar cartas en el asunto, atacando el problema desde la raíz (literalmente).
Si te encuentras en una situación similar, si estás en guerra permanente con tu pelo o tu cuero cabelludo, ya sea combatiendo grasa, caspa, encrespamiento, sequedad, puntas abiertas, picores o lo que sea, lo has probado todo y ya no sabes qué hacer, te recomiendo que sigas leyendo.