martes, 26 de agosto de 2014

Bálsamo after sun de Badger, una pequeña joya en una lata de metal

El fin de semana pasado estuve en la playa todo el día vuelta y vuelta al sol. Fue la excusa perfecta para estrenar dos productos que me moría de ganas de probar. 


Se trata de la crema solar SPF30 de Alphanova y el bálsamo after sun de Badger. De la crema os hablaré más adelante, en otro post; de momento voy a centrarme en este after sun, que es una pequeña maravilla.


Como veis viene en una latita de metal preciosa, que aunque sea sólo por eso, a mí ya me entra por los ojos. Nunca habían visto un after sun que viniera en lata, y menos en una tan bonita como ésta. Lo compré en iHerb (si os fijáis en las opiniones de otros usuarios, veréis que son todas estupendas, a día de hoy ninguna baja de 4 estrellas) por recomendación de Miss Bio (blog que, si aún no lo conocéis, os recomiendo en caso de que os interese el tema de la cosmética natural). Contiene 56 gramos de producto, por un precio de 9 dólares (que, vista la calidad del producto y lo que cunde, me parece un precio estupendo).

viernes, 22 de agosto de 2014

Pintar cajas de madera III: cualquier excusa es buena

El otro día estuve en Leroy Merlín comprando unas cosas y aproveché para hacerme con dos cajas de madera BASIC. Ambas son prácticamente iguales; tienen la misma profundidad, lo único que las diferencia es el tamaño de ancho y largo. Están muy bien porque son apilables, tienen unas pequeñas barras de madera en la parte inferior que además de servirles de patas, permiten montarlas unas sobre otras, formando una torre, lo que facilita su almacenaje en caso de que tengas más de una.


Como podéis ver por la foto, ambas son de madera maciza de pino, sin tratar, y tienen asideros alargados en ambos lados para facilitar su transporte.

Ya os he contado alguna vez lo mucho que me gustan las cajas de madera, especialmente las de madera sin tratar, que tienen tantísimas posibilidades. No es que necesite una excusa para llevarme a casa todas las cajas que encuentro, pero en esta ocasión sí que tenía una: es para un regalo.

Bueno, al menos la caja grande lo es. La otra me la llevé de propina.

Y ahora al lío, os cuento lo que he hecho con ellas. No es exactamente un tutorial, y las fotos son de aquella manera, porque a mí lo de hacer fotos mientras trabajo en algo me cuesta horrores, pero puede que a alguien le ayude o le sirva de inspiración.

jueves, 21 de agosto de 2014

En busca del Santo Grial de los champús (II): Logona, champú regulador equilibrante con Melisa

Continuando con la búsqueda de un champú adaptado a mi tipo de pelo, que realmente me ayude a combatir el problema de las raíces grasas (y el cuero cabelludo seco) y no sólo lo disimule para finalmente acabar empeorándolo, me topé hace ya unos meses con este champú de Logona en la estantería de un herbolario de Madrid.



Muchas conoceréis esta marca alemana, ya que es una de las más famosas en el mundo de la cosmética natural, orgánica, y certificada. Yo de todo esto sabía bien poco hace unos meses, lo único que quería era un champú sin sulfatos, y esto fue lo que me encontré. No sabía nada de certificaciones. Había otras gamas y variedades dentro de la marca, con fórmulas específicas para pelo castigado o cuero cabelludo sensible, pero éste, el champú regulador de Melisa, está especialmente formulado para pelo graso, y por eso me animé a comprarlo, a pesar de su precio (no recuerdo exactamente cuánto costaba, pero rondaba los 9 eurazos).

martes, 19 de agosto de 2014

La crema de día CIEN Q10 Antiarrugas de Lidl, o por qué ya no me fío de la OCU

Seguramente ya lo sabréis, o algo habréis oído al respecto, porque la noticia es de junio: una crema de Lidl, concretamente la crema de día CIEN Q10 Antiarrugas, es la mejor antiarrugas del mercado español según un informe de la OCU que ya va camino de superar en popularidad al archifamoso estudio de la leche.


De acuerdo con este informe, que se basa en el análisis y el testeo de catorce marcas comerciales, tanto de supermercado como de alta cosmética, la crema Q10 de Lidl es la mejor crema de todas las analizadas, y la única que realmente cumple lo que promete.

Por alguna razón, el hecho de que esta crema fuese calificada como la mejor de todas las testadas la convirtió, a ojos del consumidor medio, en la mejor crema del mundo mundial, a pesar de lo escaso de la muestra (repito, sólo se analizaron catorce marcas).

martes, 12 de agosto de 2014

1 año de BirchBox: Lo mejor y lo peor (parte II)

Lo prometido es deuda y, tal y como anuncié en el post anterior, aquí está la segunda parte de la lista, con las grandes decepciones con que me he topado en estos 12 meses en BirchBox. Por supuesto, las opiniones son mías, y por lo tanto totalmente subjetivas: lo que me a mí no me ha funcionado le puede haber ido perfectamente bien a otra persona; éstas son sólo mis impresiones y no tienen por qué ser válidas para todo el mundo.

Dicho esto, y sin ningún orden particular, allá van:

1. Akane Bálsamo Rosado Labios y Pómulos

Me llegó una muestra de este colorete en crema en una de las últimas cajas, y acabo de comprobar en la tienda online que a tamaño real cuesta casi 15 euros. Sigue leyendo.



2. Laca Number 4 sin aerosol

Esta laca me genera sentimientos encontrados. De hecho, y aunque se encuentre en esta lista, tengo que reconocer que aproveché un descuento para comprarme el bote a tamaño completo. Sigue leyendo.



3. Esmalte de uñas Nail Rock Velvet Burgundy

En fin. Qué os voy a contar de este invento. El esmalte estaba bien, sin más. Un pintauñas morado como cualquier otro, sin ningún misterio. Pero el terciopelo... madre mía, llamar a eso terciopelo. Esa pelusa de aspecto tóxico, que lo pone todo perdido y deja las uñas hechas una pena. Sigue leyendo.



4. Champú Yananda especial cabellos grasos de Yanguas

En el envase ponía que era especial para pelo graso; y, tonta de mí, por eso lo compré. Ya os he hablado alguna vez de mi odisea con el pelo graso, y de cómo pruebo todos los métodos que encuentro para combatirlo. Bien, pues este champú es uno más del montón. Es decir, uno de esos champús que prometen maravillas para el pelo graso y luego no hacen NADA. Pero nada de nada. Sigue leyendo.



5. Egyptian Magic all purpose Skin Cream

No digo que la cremita no hidrate. He probado la muestra que venía en la caja de mayo y sí, lo hace, no digo que no. También es verdad que no huele a nada, cosa que se agradece, porque estoy harta de cremas que supuestamente no llevan perfume y luego resulta que huelen a rayos. Sigue leyendo.



6. Crema Facial Aloe Vera Regenerante de Bluemandarines

Esta crema formaba parte de mi experimento para encontrar una buena crema hidratante de cara. El error fue (una vez más) comprarla a lo loco, sin mirar primero los ingredientes. Sigue leyendo.




7. Healthy Eyeliner de DermEyes 

El lápiz de ojos negro de DermEyes llegó a mi vida prometiendo maravillas. Que si era totalmente hipoalergénico, anti-irritante, hidratante, buenísimo para la piel, una maravilla, sin parabenos, sin aceites minerales ni demás porquerías... bla, bla , bla. Sigue leyendo.



8. Brillo de labios Shine Ultra, de ModelCo 

Este brillo de labios fue una gran decepción. El que yo recibí fue el tono Berry Pink, un rosa clarito muy natural. Sigue leyendo.



9. Crema de día de Blanc Cachemire

Recibí una pequeña muestra de esta crema de día y, de buenas a primeras, lo primero que me disgustó fue el olor. Soy muy maniática con los olores y el de esta crema no me entusiasmó, aunque lo consideré pasable. Al fin y al cabo los hay peores. Sigue leyendo.


Como veréis, muchos de los productos que he metido en esta lista se han ganado el puesto en buena medida por sus precios desorbitados. Esto es así porque me indigna la manera en que muchas marcas se aprovechan de su prestigio, o de campañas de marketing engañosas, para inflar los precios de unos productos mediocres, sin absolutamente nada de especial. Desde aquí os invito a comprar siempre con cabeza, a informaros, a buscar alternativas, porque muchas veces la mejor solución no es la más cara. hay marcas muy buenas que tienen precios elevados porque realmente lo valen, pero otras veces se trata únicamente de una estafa camuflada. No os dejéis engañar. Y, ante la duda, recordad, el envase puede confundir, pero la lista de ingredientes nunca miente.

Crema de día de Blanc Cachemire

Recibí una pequeña muestra de esta crema de día en una cajita BirchBox y, de buenas a primeras, lo primero que me disgustó fue el olor. Soy muy maniática con los olores y el de esta crema no me entusiasmó, aunque lo consideré pasable. Al fin y al cabo los hay peores.



El problema vino después, cuando al extenderla sobre la cara me di cuenta de que me dejaba las mejillas y las sienes llenas de pelotillas. Odio las cremas que hacen pelotillas. Pero aún las odio más si encima me meto a ver su precio y descubro que cuesta nada menos que la friolera de 64 euros. ¡64 euros! Por una crema que huele mal y encima hace pelotillas. Já.


La estrené y la terminé durante un viaje, me desesperé con las pelotillas, algún que otro brillo en la frente, ni fú ni fa, y con eso pusimos fin a nuestra breve relación.

¿Puedo decir algo bueno de ella? Sí, que sus ingredientes están bastante bien. Pero no vale lo que cuesta ni de lejos. Hay cremas que le dan mil vueltas a ésta, y cuestan la mitad.

Decepción total.

Brillo de labios Shine Ultra, de ModelCo

Este brillo de labios fue una gran decepción. El que yo recibí en mi BirchBox fue el tono Berry Pink, un rosa clarito muy natural que cuesta 16,95€ en la tienda online. 



No es que sea un mal gloss. Tampoco es que sea yo mucho de glosses, porque en general me parece que resecan demasiado los labios, cuando no los dejan pegajosos y te pasas el día con el pelo pegado a la boca, que es algo que no soporto.


Éste, en concreto, como brillo de labios cumple su función. Pero sin más. No tiene absolutamente nada de especial, así que no hay nada, nada de nada, que justifique ese precio. Algunas marcas se suben a la parra sin motivo alguno, y me molesta. ME MOLESTA MUCHO.


Por eso, y por la decepción que me llevé hace poco con los pintalabios Party Proof, de la misma marca, he metido este gloss en la lista negra. Anda que no habrá mejores alternativas, y más por ese precio. Aquí os dejo un post de Nina Benito con algunas opciones mil veces más interesantes.

Healthy Eyeliner de DermEyes

Antes de nada, tengo que aclarar que mi problema con esta marca vino a raíz de un lápiz de ojos que venía en una de las ya desaparecidas GlossyBox. 


En BirchBox, de DermEyes sólo he probado la sombra de ojos en tonos verde y beige, que no está mal pero es carísima y tampoco me parece tan especial como para justificar el precio. Pero como el dichoso lápiz de ojos también está a la venta en la web de BirchBox, he decidido incluirlo en la lista de decepciones, donde se ha ganado un hueco por méritos propios.

El lápiz de ojos negro de DermEyes llegó a mi vida prometiendo maravillas. Que si era totalmente hipoalergénico, anti-irritante, hidratante, buenísimo para la piel, una maravilla, sin parabenos, sin aceites minerales ni demás porquerías... bla, bla , bla. 


Prometía cosas que no me había prometido nunca ningún otro lápiz de ojos, como que evitaba la aparición de rojeces y no irritaba la piel. Ningún lápiz de ojos me había prometido antes eso. Pero es que ningún lápiz de ojos me había producido rojeces o irritado la piel hasta ahora, salvo en una ocasión, con un lápiz bueno de marca (ya no recuerdo cuál) que le cogí a mi madre y que no volví a usar más.

Considero que tengo una piel bastante todoterreno. Durante años he usado lápices ojos de todas las marcas y tipos habidos y por haber. Desde NARS hasta Carlo di Roma, la mítica marca del chino que todas usábamos en Bachillerato, cuando empezábamos a maquillarnos, pasando por todo lo que hay en medio.

Y nunca tuve ningún problema, excepto esa vez que os he comentado.

Bueno, pues este lápiz le hizo a mis ojos exactamente TODO lo que había prometido no hacerles. Lo usé dos veces, antes de darlo por perdido, y las dos veces me dio una alergia brutal.


Me irritó los ojos, me hizo llorar, me picó y me escoció. Lo peor de todo fue que durante varias horas los ojos no me dejaron de lagrimear, tratando de expulsar lo que fuera que mi ojo no aceptaba. Me lloraban tanto que casi no podía mantenerlos abiertos, y la zona del rabillo del ojo, por donde desbordaba el lagrimeo arrastrando los restos de pigmento, se me irritó y se me puso toda roja con lo que fuera que llevara ese lápiz asqueroso en su composición. Me estuvo picando y escociendo todo el día, incluso después de haberme lavado y desmaquillado bien en cuanto tuve ocasión de hacerlo.

Mirad lo que dicen de él en BirchBox: «el lápiz Healthy Eyeliner de Dermeyes es hipoalergénico y anti-irritante, ideal para hidratar nuestros ojos mientras los embellece». 

JÁ. 

¿Lo habrán probado antes de soltar esa perlita? Si es que hasta el nombre es irónico. Healthy, dice. Hay que fastidiarse.

Por cierto, ¿sabéis cuánto cuesta esta joyita? 18 euros.

Ahí dejo eso.

Crema Facial Aloe Vera Regenerante de Bluemandarines

Esta crema formaba parte de un experimento para encontrar una buena crema hidratante de cara. El error fue (una vez más) comprarla a lo loco, sin mirar primero los ingredientes. 


Me bastó con abrir el bote, olerla y usarla una sola vez para sospechar el error. Los parabenos se huelen y se sienten de lejos. Es fácil identificarlos si sabes dónde buscar. Se nota en el olor, y en la textura de la crema, así como gelificada, húmeda y brillante, casi plasticosa y con un olor muy característico.


Además, si os fijáis, veréis que los lleva todos (entre muchas otras porquerías): Metylparaben, Buthylparaben, Ethylparaben y Propylparaben. El lote completo, incluso los parabenos de cadena larga (buthyl y propyl), cuyo uso está actualmente prohibido en algunos países, como Dinamarca.

Pero claro, si queréis saber los ingredientes no os queda más remedio que verlos en el envase, porque no hay forma humana de encontrarlos ni en su página web, ni en todo el ancho Internet.


Fue una gran decepción, porque no sé muy bien por qué, pensaba que Bluemandarines era una marca que se preocupaba por estos temas. Quizá porque se trata de una firma dermocosmética, de venta en farmacias y parafarmacias e incluso en tiendas de cosmética natural, lo que en principio puede dar a entender que les preocupa lo que le añaden a las cremas que producen. O quizá fui (una vez más) víctima del marketing, y me dejé engañar por el envase, con sus letras verdes, y su minimalista  hojita de aloe vera. 

En cualquier caso, lo que está claro es que les trae al fresco meter ingredientes cuestionables en la formulación de sus productos. (Ojo, que esto también da qué pensar acerca de las tiendas que los comercializan).


Si está demostrado que los parabenos no son buenos, y existen montones de alternativas mucho más saludables para preservar los ingredientes ¿por qué siguen poniéndolos en las cremas y en absolutamente todos los productos de cosmética más o menos comerciales? No lo entiendo ¿Será que abaratan costes?

Mal, muy mal. 

Egyptian Magic, all purpose Skin Cream

No digo que la cremita no hidrate. He probado la muestra que me vino en la BirchBox de mayo y sí, lo hace, no digo que no. Pero tampoco lo hace mejor que cualquier otra crema. De hecho, las hay infinitamente mejores, porque ésta, al fin y al cabo, es bastante grasienta y no se absorbe todo lo bien que debería.



También es verdad que no huele a nada, cosa que se agradece, porque estoy harta de cremas que supuestamente no llevan perfume y luego resulta que huelen a rayos. Pero sin más. No le veo el misterio, ni la "magia", ni entiendo todo el revuelo que han creado a su alrededor. En general, desconfío de estos productos mitificados que dicen curarlo todo, y valer para todo.


Es verdad que lleva sólo ingedientes naturales, miel, cera de abeja y demás, pero hay muchas cremas que también son totalmente naturales y no se dan tanto bombo. Sospecho que es todo marketing y poco más. 


Si la he puesto en esta lista de NOs es sobre todo por el precio. ¿40 euros el envase de 118ml.? ¿25 el de 59ml.? ¿Por un botecito de crema vulgar? ¿Estamos tontos o qué? En serio, no los vale. Es mejor ahorrarlos o invertirlos en algo que sí merezca la pena, porque esta crema no es para tanto. Está sobrevaloradísima, más aún que el Protect&Detangle. Y ya es decir. 

Champú Yananda especial cabellos grasos de Yanguas

En el envase pone que este champú es especial para pelo graso; y, tonta de mí, por eso lo compré. Ya os he hablado alguna vez de mi odisea con el pelo graso, y de cómo pruebo todos los métodos que encuentro para combatirlo. 



Bien, pues este champú es uno más del montón. Es decir, uno de esos champús que prometen maravillas para el pelo graso y luego no hacen NADA. Pero nada de nada. Champú vulgar donde los haya. Te limpia el pelo lo justo. En mi caso, no llega ni a 24 horas limpio.

Vamos, que no merece la pena, y menos habiendo tantas otras opciones, infinitamente mejores.


Ah, y de transparencia o información sobre los ingredientes, ni hablamos. Si quieres verlos, tienes que mirar en el envase, porque en su página web no están. Por supuesto, lleva todos sus sulfatos correspondientes, que son estupendísimos para equilibrar la piel del cuero cabelludo y controlar la grasa (nótese la ironía).


En realidad, y pensándolo en frío, este champú no ha hecho nada especialmente grave para estar en esta lista, ya os digo que es uno más del montón. Lo que pasa es que estoy harta de que me mientan, y de que prometan cosas que son incapaces de cumplir. ¿Y que encima te soplen 8,50 euros por la cara? Vaya TIMO, señores.

Nota mental para la próxima: no volver a comprar nada que me prometa maravillas, sin antes mirar la lista de ingredientes. La lista de ingredientes es tu amiga. La lista de ingredientes habla en un idioma raro, pero si aprendes a escucharla te susurrará bajito todas las verdades que el envase oculta y adorna con palabras bonitas, diciéndote justo lo que quieres oír. 

Esmalte de uñas Nail Rock Velvet Burgundy

En fin. Qué os voy a contar de este invento. El esmalte está bien, sin más. Un pintauñas morado como cualquier otro, sin ningún misterio. Pero el terciopelo... madre mía, llamar a eso terciopelo. Esa pelusa de aspecto tóxico, que lo pone todo perdido y deja las uñas hechas una pena.



¿Será que yo no sé usarlo? Sólo me hice dos uñas, después de eso lo di por perdido y tuve que deshacer todo el trabajo. Un timo. Lo único que saqué en claro fueron un par de uñas cubiertas de un pegote mate y pegajoso, y la mesa cubierta de esa pelusilla asquerosa, que luego no hay forma de recoger. Y por cierto, las de caviar lo mismo. No he probado las de Nail Rock, pero sí las de Ciaté, y son la cosa más absurda y menos práctica del mundo.



Las uñas de fantasía no son compatibles con la vida real. Ni teclear en un ordenador puedes. Yo lo siento mucho pero, ante todo soy práctica, y quiero estar cómoda y no preocupada por si estoy tragando pelusa morada cada vez que pelo una zanahoria o como pizza.

Ah, y otra cosa. No entiendo por qué lo llaman "Burgundy". El color borgoña es un rojo oscuro profundo, como el vino, y este esmalte es clarísimamente morado. Nada de burgundy, morado vulgaribus.

No consigo entender que esté agotado en la tienda online.

Lo que son las modas.

Laca Number 4 sin aerosol

Esta laca me genera sentimientos encontrados. De hecho, y aunque se encuentra en la lista negra de chascos y decepciones, tengo que reconocer que aproveché un descuento en la tienda online de BirchBox para comprarme el bote a tamaño completo.



¿Por qué? Pues porque fijar, lo que se dice fijar, fija como ninguna. Es perfecta para peinados complicados o mechones rebeldes. Allá donde la rocíes, el pelo queda tieso, firmemente asentado, sin moverse ni un milímetro. Como pegado con Súper-Glue. ¿Tieso y acartonado? Sí, pero sólo al tacto. A simple vista no se nota nada. Es muy práctica para esas ocasiones especiales en las que realmente necesitas una laca que fije el peinado y lo mantenga inalterable durante horas. Algo muy difícil teniendo un pelo tan fino como el mío. Por eso me convenció.


Ahora bien, todo el marketing que la rodea acerca de que deja el pelo suelto y no acartona es un bluf. Y no es porque no la haya pulverizado a suficiente distancia, o porque haya usado demasiada cantidad. Lo he probado muchas veces ya, y el resultado es siempre el mismo: pelo tieso como el estropajo (al tacto, insisto. A simple vista el pelo está como siempre).


Otra cosa que no me gusta es la flagrante falta de transparencia en una marca que va de ecológica y vegana por la vida, presumiendo incluso de imprimir las cajas de sus envases con tinta de soja. En su página web es imposible encontrar los ingredientes de los productos, y eso ya escama.

De todas formas, en cuanto a su composición os puedo decir que esta laca es básicamente alcohol. Alcohol puro y duro. De ahí el olor tan fuerte y penetrante que desprende al aplicarla. Olor que, como no te guste, lo llevas claro, ya que se agarra al pelo y no se va. Sigue ahí durante horas; horas y horas en las que no dejan de venirte como vaharadas cada poco rato (de hecho, una vez que la uses, el olor no se te olvidará nunca) y, aunque poco a poco va perdiendo intensidad, aguanta incluso hasta el día siguiente, o hasta que te lo vuelvas a lavar.


Tiene, sin embargo, varias cosas buenas (aparte de que fija como el cemento) que me parece justo resaltar, como que es una laca de spray sin aerosol, por lo que no daña el medioambiente. Tampoco lleva parabenos, ni sulfatos, ni está testada en animales. En medio de todo el alcohol, además, incluye algunos ingredientes estupendos, como aceites vegetales y extractos de varias semillas, flores y plantas, algo que no se puede decir de muchas lacas (desde luego, de ninguna que yo conozca). Y me gusta el diseño sencillo y minimalista de la marca.

Pero por 22 euros no sé si compensa.

Akane, Bálsamo Rosado Labios y Pómulos

Me llegó una muestra de este colorete en crema en una de las últimas BirchBox, y acabo de comprobar en la tienda online que a tamaño real cuesta casi 15 euros.



¡15 euros! ¡Por 12 gramos de producto! Dejadme que os diga una cosa: me parece un robo a mano armada. Yo no lo querría ni regalado, por muchos ingredientes naturales que lleve. Y eso que me hizo mucha ilusión probarlo cuando lo recibí.

Es verdad que, en general, no soy muy amiga de los coloretes en crema, me parece que no duran nada y no son nada fáciles de extender, o al menos a mí se me da rematadamente mal. Suelo dejarme la cara llena de churretes y ronchas de color. Sin ir más lejos, la última vez que usé un colorete en crema fue hace poco en una boda, y no fue una buena idea. Durante la celebración lloré un poquito, nada escandaloso, sólo un par de lágrimas, y cuando me quise dar cuenta tenía la cara llena de surcos. No es lo más favorecedor del mundo, qué queréis que os diga.



El caso es que los coloretes en crema me generan reservas, y de momento no he encontrado ni uno solo que me convenza, a parte de uno de NYX, que viene en un tubo, con el que estoy muy contenta (aunque sigo prefiriendo el colorete en polvo). Éste de Akane, por desgracia, no es una excepción. Dura nada y menos, porque una vez aplicado no se termina de secar. Y, como no se seca, se acaba corriendo a nada que te toques mínimamente la cara, o sudes, o te rasques o lo que sea.


Es una pena porque el color es bonito. No es exactamente rosa, sino más bien como tostado, un tono muy natural, que seguramente favorecería cualquier tono de piel, sino fuera porque, como os digo, no se seca. Nunca. Al extenderlo se difumina y queda brillante y húmedo sobre la piel. Un efecto muy bonito, pero que no dura ni cinco minutos, a menos que seáis capaces de mantener las manos alejadas de la cara en todo momento.



También traté de usarlo en los labios, ya que se supone que es un producto multi-función, pero no me convenció. El color no está mal, el labio queda uno o dos tonos más oscuro, pero sin perder su aspecto natural. Sin embargo, ocurre algo curioso: mientras que en las mejillas nunca se termina de secar del todo, el efecto en los labios es justo el contrario. Los reseca muchísimo, los deja tirantes y la sensación incómoda de llevar "algo" puesto en ellos es constante, incluso horas después de haberlo aplicado.

En definitiva, un fracaso total. Ya os digo, a mí ni regalado.

lunes, 11 de agosto de 2014

Ecologic Cosmetics, desmaquillante con vitamina E

Este pequeño botecito en tamaño muestra fue mi primer contacto con los desmaquillantes bio.



Me hizo mucha ilusión recibirlo, porque cada vez estoy más concienciada acerca de la importancia de saber qué es lo que le pongo a mi piel y a mi pelo. Y los ingredientes de éste desmaquillante, de textura similar a la de un agua micelar, no podían pintar mejor.


En un principio, y tras haberlo usado una única vez, me llevé un buen chasco. Incluso pensé en tirarlo a la basura antes de terminarlo (ahora os cuento por qué), algo que no hago nunca.

Aun así, decidí darle una segunda oportunidad.

A ver, tengo que decir que el desmaquillante es bueno. Las cosas como son. Lo he estado usando por las noches, para desmaquillarme (algo muy ligero, sólo labios, mejillas y ojos; porque no suelo ponerme bases ni polvos) antes de irme a dormir), y, además de retirarlo todo sin problemas, la piel se queda tan fresquita y natural que no es necesario hacerle nada más, cosa que me gusta, porque prefiero no usar cremas hidratantes antes de acostarme, y así dejar que la piel se regenere por sí sola durante la noche.

El problema, y el motivo por el que, muy a mi pesar estuve a punto de meterlo en la lista de decepciones, a pesar de irme tan bien, es el olor. Tiene un olor especialmente asqueroso difícil. No sé cómo explicarlo... es empalagoso, dulzón, como a jarabe rancio o a pastilla para la tos, y se queda en la cara durante horas, por lo que sigues oliéndolo muuuucho tiempo después de que se haya secado. 

Huele fatal, en serio. Pero aparte de eso no puedo ponerle ningún otro pero: ingredientes de lujo, textura fresquita nada grasienta y función simultánea de desmaquillante y tónico. Además, a pesar de que el envase a tamaño original es más bien carito (32€ por 200ml.), puedo deciros que cunde un montón: llevo meses de aquí para allá dando tumbos con la muestra, y todavía no se me ha terminado, a pesar de que las últimas semanas la he usado prácticamente a diario.

Así que ya veis, con lo mal que me caía al principio, me ha conquistado por méritos propios.