martes, 12 de agosto de 2014

Laca Number 4 sin aerosol

Esta laca me genera sentimientos encontrados. De hecho, y aunque se encuentra en la lista negra de chascos y decepciones, tengo que reconocer que aproveché un descuento en la tienda online de BirchBox para comprarme el bote a tamaño completo.



¿Por qué? Pues porque fijar, lo que se dice fijar, fija como ninguna. Es perfecta para peinados complicados o mechones rebeldes. Allá donde la rocíes, el pelo queda tieso, firmemente asentado, sin moverse ni un milímetro. Como pegado con Súper-Glue. ¿Tieso y acartonado? Sí, pero sólo al tacto. A simple vista no se nota nada. Es muy práctica para esas ocasiones especiales en las que realmente necesitas una laca que fije el peinado y lo mantenga inalterable durante horas. Algo muy difícil teniendo un pelo tan fino como el mío. Por eso me convenció.


Ahora bien, todo el marketing que la rodea acerca de que deja el pelo suelto y no acartona es un bluf. Y no es porque no la haya pulverizado a suficiente distancia, o porque haya usado demasiada cantidad. Lo he probado muchas veces ya, y el resultado es siempre el mismo: pelo tieso como el estropajo (al tacto, insisto. A simple vista el pelo está como siempre).


Otra cosa que no me gusta es la flagrante falta de transparencia en una marca que va de ecológica y vegana por la vida, presumiendo incluso de imprimir las cajas de sus envases con tinta de soja. En su página web es imposible encontrar los ingredientes de los productos, y eso ya escama.

De todas formas, en cuanto a su composición os puedo decir que esta laca es básicamente alcohol. Alcohol puro y duro. De ahí el olor tan fuerte y penetrante que desprende al aplicarla. Olor que, como no te guste, lo llevas claro, ya que se agarra al pelo y no se va. Sigue ahí durante horas; horas y horas en las que no dejan de venirte como vaharadas cada poco rato (de hecho, una vez que la uses, el olor no se te olvidará nunca) y, aunque poco a poco va perdiendo intensidad, aguanta incluso hasta el día siguiente, o hasta que te lo vuelvas a lavar.


Tiene, sin embargo, varias cosas buenas (aparte de que fija como el cemento) que me parece justo resaltar, como que es una laca de spray sin aerosol, por lo que no daña el medioambiente. Tampoco lleva parabenos, ni sulfatos, ni está testada en animales. En medio de todo el alcohol, además, incluye algunos ingredientes estupendos, como aceites vegetales y extractos de varias semillas, flores y plantas, algo que no se puede decir de muchas lacas (desde luego, de ninguna que yo conozca). Y me gusta el diseño sencillo y minimalista de la marca.

Pero por 22 euros no sé si compensa.

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