miércoles, 26 de noviembre de 2014

Pasta de dientes con Ratania, de Weleda

La pasta de dientes Ratania, de Weleda, fue el primer dentífrico natural que probé. Como era el primero, y acostumbrada como estaba a los Colgate, Kemphor y Licores del Polo de toda la vida, no sabía muy bien qué esperar ni a qué atenerme.


Clases de alemán con Weleda: gracias a este envase tan feo he aprendido que
Zahn es diente; Zahncreme, pasta de dientes; y, Zahnfleisch, encías

Me hice con ella a través de Ecco Verde, que fue donde la descubrí. Me costó 4,49€ el tubo de 75ml. (casi un euro más barata que la de Green People, y eso que viene más cantidad). 

lunes, 17 de noviembre de 2014

Herbal Essences, "100% ingredientes botánicos", o la desinformación en la prensa

El otro día me encontré en la edición impresa de ABC Salud con este despropósito de artículo, y no quería dejarlo pasar sin decir un par de cosas al respecto.



Leite O Alle, leche cruda de producción ecológica: la leche de verdad

El otro día, después de muchas vueltas y revueltas, pude por fin probar la leche cruda. Es decir, la leche fresca y natural, tal y como sale de la ubre de la vaca. Sin hervir y sin pasteurizar.



Sí, sin pasteurizar.

martes, 11 de noviembre de 2014

Organic Wear, de Physician's Formula: rímel natural, orgánico y certificado

Bueno, pues a pesar de lo que dije el otro día de ir terminando primero lo que tengo en el armario antes de comprarme cosas nuevas, no me he podido resistir y ya me he hecho con un rímel de cosmética natural, orgánico y certificado. 

Concretamente, con éste, de Physician's Formula.


Lo compré en iHerb el otro día (quien dice el otro día, dice el mes pasado). Me costó 9,55 dólares (unos 7 euros) y llevo ya un par de semanas usándolo. Tengo que decir que estoy muy contenta con él, aunque hoy mismo he descubierto algo interesante: no es waterproof.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Loción corporal de Lavanda de Acure Organics

Esta loción corporal de Acure Organics fue, creo recordar, la primera crema de cuerpo natural que probé, en uno de mis primeros pedidos a iHerb (el primero de una laaaaarga serie).
 


Debo confesar que, aunque la estrené con mucha ilusión, la primera vez que la usé, un día después de la ducha y antes de irme a dormir, me llevé un buen chasco. No fue por la crema en sí, sino por el olor, un tema al que le doy mucha importancia, quizá demasiada, no sé. El caso es que al apretar el tubo sobre la palma de la mano me pareció que olía estupendamente, así como a lavanda suave. Pero medio segundo después, cuando empecé a extenderla sobre la piel, el olor cambió. Se hizo más intenso, más penetrante. Me pareció desagradable, y en ese momento pensé que la crema pasaría una temporada cogiendo polvo en un estante, antes de que me animara a volver a usarla, si es que lo hacía.


Aun así, y como para cuando noté lo del olor ya tenía la crema a medio extender por la pierna, me aguanté y terminé de masajearla hasta que se absorbió por completo. Tendría que usarla hasta terminarla o regalársela alguien, porque una crema que cuesta más de 6 euros (concretamente, 8,62 dólares), no se puede desperdiciar así como así.

Después de aquello me desentendí del tema y al poco rato me fui a dormir. El caso es que a la mañana siguiente, cuando me estaba vistiendo para ir a trabajar, me rocé la pierna con la mano mientras me quitaba el pijama, y me sorprendió lo increíblemente suave que tenía la piel. Tardé un poquito en asociar esa suavidad con la crema de Acure, porque ya me había olvidado del tema. Pero no exagero si os digo que me pasé todo el día en el trabajo acariciándome distraída las rodillas, que estaban suaves como nunca. La sensación era parecida a cuando te acabas de depilar, después de un tiempo con los pelos creciendo a su aire. Una maravilla.

Así que esa noche decidí darle una segunda oportunidad. Lo curioso es que esta segunda vez no me olió tan sumamente mal. No me entusiasmaba, pero tampoco era para tanto. Además noté cosas nuevas, en las que no había reparado el día anterior, como que la crema tiene una textura bastante densa (si os fijáis en la foto, veréis que conserva bastante bien la forma cilíndrica con la que sale del envase), o que hace falta muy poquita cantidad para cubrir una gran zona de piel.


He leído críticas de gente que dice que no se absorbe bien, que tarda la vida en secarse, pero creo que lo que pasa en realidad es que usan demasiada cantidad. Usando poquita cunde muchísimo y se absorbe a toda velocidad, dejando la piel seca al tacto, pero muy hidratada y fresquita.

Otra cosa en la que reparé esta segunda vez, es que el olor, tan intenso al principio, se desvanece enseguida. Al cabo de un rato la piel no huele prácticamente a nada. 


En definitiva, que una semana después me había convertido en fan incondicional. Es más, os diré que hasta me terminó conquistando su olor. Ese olor que al principio me pareció desagradable, ahora me encanta. Respecto a eso, he de decir que me pasa algo curioso. Y es que me estoy dando cuenta de que cuanto más pruebo la cosmética natural, más me van gustando los olores de los aceites esenciales, que antes me parecían demasiado intensos, y menos los perfumes artificiales. Cremas que antes me gustaba cómo olían porque me hacían pensar en mi madre arreglándose cuando yo era pequeña, o incluso en mi abuela empolvándose la nariz frente al tocador, ahora me parecen demasiado falsos. Igual os parece una tontería, pero me huelen a química. Es como comparar el aroma de una manzana recién cogida del árbol, con el de una piruleta verde sabor "manzana". Algo así.

Os dejo una foto de los ingredientes para que veáis todo lo que lleva. Por regla general, personas mucho más avezadas que yo en el mundo de la cosmética natural suelen dar un consejo muy sabio, sobre todo para principiantes, que es: cuantos menos ingredientes lleve un producto, mejor que mejor. Desde luego, es la forma más sencilla de asegurarse de que no contenga nada chungo o sospechoso. Esta crema quizá peque de exceso, aunque si os fijáis veréis que hay menos cosa de lo que parece, porque los nombres de los ingredientes son larguísimos (del tipo Infusion of Organic Calendula Officinalis (Calendula) Flower in Fair Trade Organic Olea Europaea (Olive) Oil). Así a ojo, serán unos treinta.


Lo bueno del INCI es que es muy completito, con aclaraciones entre paréntesis (y en negrita, para facilitar su lectura) que explican lo que es cada cosa, al lado de su nombre oficial en latín. Además, al estar impreso en el mismo envase, lo puedes mirar cuando quieras, algo que se agradece mucho. Muchos de los ingredientes son orgánicos y otros de comercio justo, y todo ello también aparece reflejado. De ahí que sea tan sumamente largo.

Ahora bien, tengo que ponerle una pega. Y es que esta crema, al igual que muchas hidratantes y cosméticos convencionales presume, en su parte frontal, precisamente de lo que menos contiene. Bueno, lo de la lavanda lo entiendo, porque no huele a otra cosa, pero lo de las células madre de equinácea, me parece una pijez, sobre todo teniendo tantas otras cosas buenas de las que presumir, como el hecho de que no contenga agua. y que su ingrediente principal sea una mezcla totalmente orgánica creada a partir de frutos de açai, arándanos, rosa mosqueta, granada, caléndula, camomila y rooibos.

Otra cosa que no me gusta es lo poquito que dura. Vale que cunde mucho, pero vienen sólo 240 ml., y eso para todo el cuerpo pues como que no da mucho de sí. De hecho ya la he terminado, y eso que la he estado usando sólo en las piernas, para que me durase más. Quiero repetir con ella, aunque antes le tengo echado el ojo a esta otra versión, la loción corporal reafirmante de lemongrass y aceite de argán, que tiene una pintaza.

En cuanto a lo de que ayuda a proteger el sistema inmune de la piel porque contiene probióticos blablabla y todo eso, sinceramente ni me interesa ni me importa. Sólo sé que deja la piel suave como ninguna crema que haya probado hasta ahora, y con eso me vale.