martes, 30 de septiembre de 2014

Pelo sin sulfatos, un año después

Hace cosa más o menos de un año, o año y pico, os conté los quebraderos de cabeza que, durante años, desde que puse el primer pie en la adolescencia, me había traído el dichoso pelo graso, y cómo, tras mucho tiempo resignándome a lo que parecía inevitable, había por fin decidido tomar cartas en el asunto, atacando el problema desde la raíz (literalmente). 


No os asustéis; éste era mi pelo "limpio" hace poco más de un año, recién levantada.

Si te encuentras en una situación similar, si estás en guerra permanente con tu pelo o tu cuero cabelludo, ya sea combatiendo grasa, caspa, encrespamiento, sequedad, puntas abiertas, picores o lo que sea, lo has probado todo y ya no sabes qué hacer, te recomiendo que sigas leyendo.


Os he dado mucho la chapa con el tema del pelo graso, porque ese ha sido siempre el principal problema capilar al que he tenido que hacer frente. Aunque fue el año pasado cuando peor estuvo la cosa. Desde 2008 había llevado flequillo. Un flequillo liso y muy tupido, que me caía recto hasta las cejas. Si tenéis el pelo graso y lleváis, o alguna vez habéis llevado flequillo, sabréis lo desesperante que es la velocidad a la que se ensucia. Y también lo asqueroso desagradable que es un flequillo grasiento sobre la frente. Tenía que lavarme el pelo, o al menos la zona del flequillo (esto último es bastante complicado) prácticamente a diario.

No me creo que Kirsten Stewart estuviera cómoda con este flequillo sucio. Seguro que estaba deseando llegar a casa para ponerse una diadema y apartarse el pelo de la cara.

Poco a poco, con el tiempo y el paso de los años, el flequillo se me fue afinando. Al principio fue tan sutil que me costó bastante darme cuenta. Es de esas cosas que no notas hasta que te fijas en una foto de hace uno o dos años y te das cuenta de todo lo que has cambiado en ese tiempo. No era que el pelo me creciera y me lo fuera apartando hacia los lados, retirando el flequillo de forma natural. No. Lo que pasaba era que cada vez tenía menos y menos pelo (y por lo tanto menos flequillo), y cada vez más fino. Siempre he tenido el pelo fino, pero aquello era demasiado. Se me caía muchísimo, siempre lo tenía sucio, no me duraba limpio más que unas horas (la zona del flequillo, como digo, era una verdadera pesadilla) y además me caía lacio, sin gracia ninguna, con las raíces pesadas y completamente pegadas al cráneo. Por la descripción que os estoy dando podríais pensar que por aquel entonces parecía Gollum, pero, sin llegar a ese extremo (gracias a Dios), era una cosa bastante seria. De un flequillo denso y tupido, pasé a tener cuatro pelos tristes, que nunca llegaban a taparme la frente por completo.


Si tuviera una foto donde se viera bien el asunto, y el antes y el después, os la pondría. Al final siempre acababa llevando el flequillo retirado de la cara con pinzas y horquillas, y acabé cogiéndole una manía que no lo podía ni ver. No podía esperar a que me creciera para quitármelo del todo.

Tener el pelo liso no es sinónimo de tener un pelo lamido y triste. Un pelo naturalmente liso puede ser tan bonito como cualquier otro. Yo comía sano, tomaba pescado, fruta, y no me faltaban vitaminas ni minerales, así que el problema debía estar en otra parte.

En este punto fue cuando toqué fondo y me harté. Odiaba mi pelo. Pensaba que me acabaría quedando calva. Me planteé raparme. Incluso compré y probé las pastillas para el pelo de Inneov, pero no me hicieron nada de nada. Fue como tomar caramelos. Por esta época había estado usando dos champús, ambos para pelo graso, alternando uno y otro de vez en cuando. Uno era el Miracle Light de Aussie y el otro el de "arcilla blanca y leche de jazmín" de Les Petit Marseillais (éste último todavía rondaba por casa hasta hace unos días, cuando por fin me deshice de él), y ninguno parecía solucionarme nada. Más bien al contrario, cada día era peor.

Nunca me cansaré de repetir lo mucho que odio el champú de Aussie, que para mí es, de los champús malos, el peor. Fue el que más daño le hizo a mi pelo, junto con el de Le Petit Marsellaises, y tantos otros mentirosos sacacuartos tipo Pantenes, Loreales, Kerastases y Garnieres. Y también otros de venta en farmancias, como Vichys y Decleores. Esos champús habían acabado con el equilibrio de mi cuero cabelludo, que era un desastre total y absoluto.


En mi caso, y llegados a este punto, lo primero que tuve que aprender fue una lección muy importante, una lección que cambió mi forma de pensar y me puso, por primera vez en años, en la dirección correcta hacia la solución: que el problema no era mi pelo, con sus raíces siempre grasas y el cuero cabelludo tirante y reseco, no; el problema era el champú. No era algo defectuoso con lo que yo viniera de fábrica; era un problema causado por un elemento externo y, por lo tanto, algo a lo que se le podía poner remedio.

Para poder entender esto, primero fue necesario comprender dos cosas, ambas estrechamente relacionadas entre sí: en primer lugar, cómo funcionaba mi pelo, y, segundo, cómo funciona el champú. Puede que os parezca una tontería, pero es algo en lo que generalmente no nos paramos a pensar. La gente no suele darle más vueltas a por qué el champú deja su pelo limpio, cuál es el proceso por el que se elimina la grasa, por qué el suavizante desenreda, con qué químicos nos estamos lavando la cabeza, o bien por qué razón su cuero cabelludo produce más grasa de la necesaria, por qué aparece la caspa, o por qué le pica la cabeza a todas horas. Yo era así, y en este sentido me ayudó mucho encontrarme con el post de Acapulco 70 sobre el mito del champú, que empieza con esa estupenda frase: "El pelo no es una sartén", y que nunca me cansaré de recomendar.

Así que te recomiendo que pares y pienses. Leas y aprendas. Esto es fundamental, y hoy en día con Internet tenemos toda la información que podamos necesitar (y más, demasiada) a tan sólo un click de distancia, así que no hay excusa. Entiende qué es lo que le pasa a tu pelo, y toma cartas en el asunto para arreglarlo. Esto mismo puede aplicarse a todos los aspectos de la vida, como por ejemplo los relacionados con tu salud y tu nutrición. Cuanto antes te hagas responsable de tu propio bienestar, y comprendas cómo funciona tu cuerpo, aprendas qué es lo que necesita, qué señales y pistas te envía de lo que quiere en casa momento y cómo lo debes cuidar, antes solucionarás tus problemas.

Si, como en este caso, tienes un problema con tu pelo, la solución no pasa por coger el primer bote de champú del supermercado donde diga "especial para pelo graso" o "di adiós a la caspa" o "para un pelo brillante, liso y sedoso, que dura limpio más tiempo", o cualquier letrerito que parezca hecha justo a tu medida. Olvídate de arreglar las cosas por esa vía. Tienes que tomártelo en serio. Coge esos mismos champús y dales la vuelta. Y lee.

Aprende qué es cada cosa, descifra esas pequeñas, diminutas etiquetas llenas de nombres raros y sé consciente de lo que cada una de ellas le hace a tu pelo y a tu piel. Aprende a evitar las que te dañan, las que no te van bien. Estudia los ingredientes, comprende qué es el Sodium Laureht/Lauryl Sulfate, cómo se comporta el detergente, cómo arrastra el sebo y deja la piel seca, expuesta y sin defensas. Observa lo que sucede después, cómo tu pelo necesita tan sólo unas horas para fabricar más grasa, mucha, toda la que pueda y lo más rápidamente posible, para protegerse de la agresión. Porque el cuerpo es sabio, y cuando se le ataca, se defiende. Eso te ayudará a entender.

Mira tus champús, los que tienes por casa, los de toda la familia. Intenta encontrar uno que no contenga sulfatos (entre otras cosas chungas). Yo he hecho la prueba con los botes que todavía rondan por casa. No se salva ni uno.

Y el jazmín y la arcilla blanca, ¿dónde quedaron?
El jazmín podéis verlo como séptimo ingrediente, aunque únicamente en forma de extracto,
cosa que se olvidan de mencionar en la pegatina delantera.
La arcilla es el decimoctavo ingrediente de la lista (kaolin).




Nada menos que cuatro parabenos y, de propina, Phenoxyethanol.
Vaya combo.


Los de Keims deberían plantearse utilizar una letra de mayor tamaño en sus envases,
porque esta lista de ingredientes resulta casi imposible de leer,
además de repasar los textos en inglés (eso de fragil & dull hair...)

Un Pantene normalito (el liso y sedoso para cabello normal-grueso),
con nada menos que tres sulfatos. ¿Para qué tantos?

Los champús anti-caspa son los más agresivos.
Éste de H&S lleva nada menos que cuatro sulfatos diferentes.

Otro anti-caspa, éste de Pantene. No es de extrañar que lleve exactamente los mismos sulfatos (y demás ingredientes en general), que el de H&S. Ambos son de Procter&Gamble al fin y al cabo. Una misma cosa, con diferente pegatina.


Una vez lo hayas comprendido, busca en otras vías que no sean las comerciales, porque ahí no encontrarás nada de provecho. Investiga y aprende, y enseguida verás que los champús de supermercado son todos una misma cosa, todos con básicamente los mismos ingredientes baratos de producir y de calidad mediocre o pésima, incluso los de las marcas supuestamente 'buenas', pero con diferentes etiquetas y coloridos envases con frases tentadoras que invitan a comprar.

Escoge bien. Igual te echa para atrás el hecho de que los champús bien formulados son más caros (cosa que no siempre es cierta, conozco champús de más de 30 euros con una formulación pésima), pero yo prefiero pagar algo más por un champú que me va a cundir más porque lo voy a usar menos (la regulación de la grasa permite espaciar cada vez más los lavados, en lugar de tener que lavarlo a diario, o día sí día no), y de calidad, que sé que no le hará daño ni a mi pelo ni a mi piel, sino todo lo contrario. Además, las opciones más naturales, como el bicarbonato y el vinagre, son baratísimas. ¿Cuánto cuesta un bote de bicarbonato? ¿1 euro? Aunque yo no puedo hablar de ellas porque aún no he llegado hasta ahí (si lo hago informaré).

Y ahora viene lo más importante de todo: ten paciencia.

Si hay algo que he comprendido en este año, año y medio que llevo buscando y probando alternativas más saludables para mi pelo, es que la transición es un proceso gradual. El pelo y el cuero cabelludo necesitan un tiempo para adaptarse a los cambios. Después de años y años de agresiones continuadas, la piel estará frenética y completamente a la defensiva. Al principio no entenderá lo que está pasando, y seguirá empeñándose en engrasarse a toda prisa, por si acaso. Por eso los resultados no se producen de forma inmediata, sino a medio-largo plazo, especialmente si usas una terapia de choque muy bruta, como renunciar al champú por completo y de forma radical (usando por ejemplo bicarbonato de sodio y agua). Puede que al principio te asustes (sobre todo si te quitas de golpe las siliconas), y pienses que lo de renunciar a los sulfatos no funciona contigo, o que el pelo se te está estropeando aún más. Pero en realidad sólo estarás haciendo frente al verdadero estado de tu melena, que las siliconas ayudan a esconder y disimular (pero nunca arreglan). Esto es algo que Nina Benito explica muy bien en este post.

En mi caso, es verdad que en cuanto desterré los peores champús y suavizantes de mi rutina diaria, los efectos positivos fueron inmediatos pelo limpio durante más tiempo, más cuerpo... pero creo que eso es sólo porque mi pelo estaba tan, tan machacado, que el paso más pequeñito en la dirección correcta le ayudó un montón. Eso, y que no corté por lo sano dejando el champú; simplemente empecé a usar otros mejores.

Mi pelo ahora está mucho más sano. Me dura limpio hasta dos días seguidos, incluso después de dormir. Me hice esta foto, por la tarde, con el pelo recién lavado. La segunda es del día siguiente, por la mañana, recién levantada y después de peinarlo un poco. La última la saqué ese mismo día, por la tarde, al llegar del trabajo. Veréis que evoluciona, pero lo importante es que en las tres fotos está limpio.




Bastante más aplastado, tras 9 o 10 horas fuera de casa, pero aún limpio :)


En la foto no se llega a ver bien la coronilla, pero os aseguro que aún no había ni rastro de grasa. Y eso es algo completamente nuevo para mí, que de toda la vida me he duchado por las noches y lavado el pelo por las mañanas, porque lavarlo por la noche era una pérdida de tiempo (a la mañana siguiente ya se me estaba ensuciando por la coronilla).

Ésta es mi coronilla hace un año, menos de 24 horas después de lavarme el pelo:


Y ésta es mi coronilla ahora (más o menos, es difícil sacar fotos de la coronilla de uno mismo), más de 24 horas después:



Además mi pelo tiene más cuerpo, más volumen en las raíces y es mucho más manejable. Por poneros un ejemplo, antes me costaba Dios y ayuda cambiarme la raya de lado. Si la raya me caía un lado, se me hacía ella solita en ese lado. Siempre. Y cambiarla era un proceso que llevaba al menos dos lavados y mucha, mucha insistencia con el peine. Mandaba mi pelo, no yo. Ahora me puedo hacer la raya donde quiera, y cambiarla a uno y otro lado según me de ese día. Y puedo hacerme trenzas de todo tipo, y me aguantan perfectamente, algo que antes consideraba imposible. Le echaba la culpa a mi pelo fino de que no se me sujetaran los peinados, cuando la culpa la tenían las siliconas y demás porquerías. También se me cae menos el pelo y, aunque ya van necesitando un repaso, que no piso la peluquería dese mayo, tengo las puntas cerradas y bastante hidratadas (antes las tenía secas y todas abiertas).


Todo este cambio vino con los champús naturales, con la eliminación de los sulfatos y de las siliconas y demás compuestos que no aportan nada bueno a nuestra piel y es mejor evitar; y, lo que al principio fueron unas mejoras tímidas, satisfactorias pero no definitivas, han ido transformando mi pelo hasta casi volver a ser lo que fue en su día. Sé que aún me queda camino por recorrer, pero ya sabéis que las cosas del pelo, como las de palacio, van despacio.

13 comentarios:

  1. Pichi,
    Ojalá todo el mundo se preocupará por saber que ingredientes hay en los productos que usamos; la información es la base para poder decidir que usar y que no.
    Me alegra saber que tu pelo se ha " regulado" y que ya no está loco. A mi me ha pasado y créeme que sí es verdad que necesita tiempo, pero vale mucho la pena.
    Te voy a recomendar un par de productos que, una vez pruebes (y te gusten y vayan bien) no podrás vivir sin ellos. Uno de ellos es el polvo de Rhassoul o Ghassoul y el aceite de Neem. Si te ánimas a comprarlo y quieres que te explique como se usa, mándame un correo a mi mail.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, guapa :) Yo creo que cada vez la gente se irá concienciando más y más con estas cosas (o eso espero), porque cada vez somos más los que nos vamos cambiando de bando, leyendo etiquetas e informándonos acerca de los productos que usamos y consumimos. Gracias por las recomendaciones, qué buena pinta tienen, me las apunto para investigar!! Si es que hay tanto... y según vas tirando del hilo, van saliendo cosas nuevas. Tengo pendiente probar a lavarme el pelo con yema de huevo, que he leído en un montón de sitios que lo deja estupendo. ¿Lo has probado?

      Eliminar
    2. Jajaja, pues no la verdad es que lo del huevo no se me ha pasado por la cabeza aún (nunca mejor dicho), pero yo soy un poco ".piki" con algunas cosas y, aunque soy muy eco, yo necesito tener la sensación de limpieza.
      Sé que en mi rutina jamás entrará el famoso "Método no Poo" que tan de moda se ha puesto, porque simplemente me niego a no lavarme el pelo o el cuerpo como a mí me gusta. Por suerte hoy en día hay productos Bio que funcionan genial y son buenos para mi y para el medio ambiente.
      Sé que no se puede decir nunca jamás, pero, por ahora me mantengo en mis rutinas porque me funcionan bien y me gustan. Eso sí,si lo pruebas cuéntame que a mi me interesa saber estas cosas.
      Un abrazo

      Eliminar
    3. jajaja, yo tampoco me veo dejando en champú, me pasa como a ti, que me gusta! Prefiero un champú eco que me vaya bien al método del bicarbonato y el vinagre. Es más agradable de usar :) Pero si lo del huevo va tan bien como dicen, igual merece la pena usarlo de vez en cuando, en plan tratamiento, una vez al mes o así, no sé. Cuando haga la prueba te informo!

      Eliminar
  2. Pichi, que alegría leerte!
    Yo empecé hará cosa de año y medio a dejar de lado toda la química que le metemos a nuestro cabello. Comencé con lo del bicarbonato pero me dejaba el pelo seco. Luego empecé a lavarme con un preparado de yemas de huevo y miel (lo sé parece asqueroso pero mi pelo nunca había quedado tan bonito). Estuve una buena temporada asi, lo que ahora por comodidad lo que hago es ir alternando este metodo con un champú ecologico de la página ecco-verde, echale un vistazo si quieres, a veces hacen ofertillas y tienen productos muy interesantes totalmente veganos.
    Me anima mucho ver que cada vez hay más personas animandose a usar más productos naturales.
    Yo antes si no usaba la plancha, se me quedaba el pelo bufadisimo, horrible. Ahora ni me lo seco y me queda espectacular.
    Tengo algunas canas así que para cubrirlas me tiño con henna.

    Un beso guapa!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. PD: Que pesada soy! jajajaja debo añadir que mucha gente cuando me ven flipan con el pelo tan bonito que tengo y cuando les explico "mi truquillo".... ponen una cara de asco que no veas! xD ignorantes....... por lo menos yo sé lo que me pongo ^^

      Eliminar
    2. Ala...Justo acabo de leer los comentarios y veo que mencionabais lo del huevo y el bicarbonato xD pues ale.. e aquí mi humilde opinión jajaj

      Eliminar
    3. ¡Hola, AeleA! Jajajaja, sí, lo del huevo tengo pendiente probarlo, aún no me he atrevido. Es como lo de tomar un diente de ajo negro al día, por las mañanas antes de desayunar. Se supone que es buenísimo, pero no consigo animarme a hacerlo. Pero lo del huevo lo tengo que intentar sí o sí :) La página de Ecco Verde la tengo fichadísima, me encanta. Mi último descubrimiento han sido los desodorantes de Schmidt's, que son una pasada :) ¡Un abrazo y gracias por leerme!

      Eliminar
  3. Yo tengo casi el mismo tipo de pelo que tú. No he tenido picores nunca, aunque alguna vez he tenido caspa como casi todos los mortales, pero un episodio aislado y no algo normal.
    Mi pelo es naturalmente fino, liso (y cuando digo liso a veces me refiero a lacio y sin gracia), y a pesar de que tengo mucha cantidad, parece que tengo poco pelo. Las peluqueras siempre se creen que van a acabar rápido conmigo, y cuando empiezan a dividir mi pelo se arrepienten de haberme cogido en ese hueco de media hora que tenían.

    Mi madre también tiene el mismo tipo de pelo, siempre nos reímos porque le echo la culpa en broma de mi legado genético. La verdad es que antes de la adolescencia lo tenía precioso, siempre muy largo, brillante y suave. Ese tipo de pelo que todo el mundo acaba acariciando y queriendo peinar. Pero a partir de los 14-15 años más o menos ya no me aguantaba el pelo limpio dos días seguidos, como a ti. Nunca salgo de casa sin ducharme a no ser que lo haya hecho la noche anterior y aun así no me siento perfectamente cómoda.

    Ahora estoy reduciendo las siliconas en el champú y también uso un acondicionador que no las lleva. Las primeras impresiones han sido las que había leído por ahí, el pelo parece más reseco en principio, lo que me "gusta" (significa que vamos por buen camino), y no me asusto porque sé que mejorará. También me hago mis mascarillas naturales a base de aceite de coco 100% puro desde hace aproximadamente un mes, pero el tema del champú es lo que ahora mismo me es más alarmante. ¿Tú qué productos usas ahora mismo o cuáles recomiendas?

    Un besito y me alegro de haber encontrado este blog :) (Por cierto, no me he podido evitar reír a carcajadas durante todo un minuto al ver la foto de gollum mientras leía tu descripción)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajajaja ay Nath, a mí también me pasa lo que a ti con las peluqueras. La última vez que me di mechas, la mujer se desesperaba. Venga a decirme, es que no sabía que tenías tanto pelo, madre mía, quién lo iba a decir... ¡esto no se acaba nunca! El pelo graso es bendición y maldición al mismo tiempo, requiere muchos cuidados, pero cuando está recién limpito da gusto verlo; es muy agradecido :) Yo ahora mismo estoy alternando el champú de propóleo del herbolario Navarro con el scalp treatment de árbol de té de Avalon Organics. Uso uno cada vez, porque me he dado cuenta de que el de propóleo me reseca mucho. También alterno dos suavizantes. Cuando me lavo con el de propóleo, uso el suavizante de aguacate de John Master's Organics, y cuando toca el de Avalon Organics, uso el de la misma gama, el que va a juego con el champú. Una vez cada dos semanas, más o menos, me pongo aceite de aguacate mezclado con unas gotas de aceite esencial de árbol de té en el cuero cabelludo y las raíces, masajeo un poco y lo dejo actuar tanto tiempo como puedo. Luego al lavarlo cuesta sacarlo, y siempre se me queda algo de aceite por los medios y puntas, dando al pelo un aspecto raro, no grasiento, pero sí como si no se hubiera terminado de secar del todo. No me entusiasma, pero creo que los beneficios del tratamiento compensan la molestia. La siguiente vez que lo lavo ya sí se me queda bien. Con este método, y durmiendo siempre con un moñito flojo en lo alto de la coronilla, consigo que el pelo me dure limpio hasta tres días, aunque el tercero ya lo llevo recogido o semi-recogido, porque si no sí se nota que se me empieza a engrasar por la coronilla. Estoy muy contenta, porque he pasado de lavarme el pelo a diario, a hacerlo dos veces por semana. De todas formas estoy deseando que se me terminen todos los champús y suavizantes para poder cambiar y probar otras opciones :)

      Eliminar
  4. Hola Pichi, me llamo Paco y tengo 25 años, me ha encantado el artículo puesto que al igual que tú antes, tengo el pelo graso, reseco y dañado.
    En cierto modo según como oriento la cabeza se ve un poco el cuero cabelludo a través del pelo bajo determinados tipos de luz.
    Por eso quería preguntarte, si no te molestaría recomendarme los productos que usas ahora y formas de conseguirlos, o si utilizas algún producto natural, y con que regularidad lo lavas, si lo dejas secar al aire, etc


    Un saludo fuerte,y gracias portu atención.

    ResponderEliminar
  5. Hola, muy interesante tu blog, pero quería saber que shampoo se puede usar, que recomiendas luego de tu investigación. No se que marca comprar, si es que existe alguna que no tenga veneno en su composición. Gracias

    ResponderEliminar
  6. Yo uso el aussie y desde que lo uso me pica mogollón la cabeza. Me puedes indicar cuales son los cuidados que aplicas ahora y los productos que usas?

    ResponderEliminar