miércoles, 1 de octubre de 2014

Pasta de dientes natural de Hinojo, de Green People

Me estoy pasando a las pastas de dientes naturales. Naturales, orgánicas y ecológicas, libres de sulfatos, flúor y demás sustancias químicas agresivas. 


Era el siguiente paso lógico a seguir. No tiene sentido que me quite los sulfatos del champú, y que sin embargo siga metiéndomelos a diario en la boca, varias veces al día, a través de la pasta de dientes.

Porque la pasta de dientes tiene sulfatos, vaya si los tiene. Tanto Sodium Laureth como Sodium Lauryl Sulfate (éste último, al parecer, se utiliza mucho en los experimentos en laboratorios cuando se quiere provocar una irritación previa sobre un tejido, ya sea piel o mucosa. Perdonadme que no cite fuente, pero no recuerdo dónde lo leí).

He hecho la prueba cogiendo la primera que he encontrado por casa, la típica Kemphor de toda la vida. Estos son sus ingredientes:


La primera pasta de dientes natural que entró en mi vida fue la de Ratania, de Weleda. Pero ya os hablaré de ella otro día. Hoy quiero contaros cómo ha ido la experiencia tras una semana y media utilizando la pasta de dientes de Hinojo (y propóleo), de Green People. Por si os interesa, la compré directamente a través de su tienda online, y me costó 5,95 euros, más los gastos de envío, que no recuerdo si tuve que pagarlos o no, porque compré varias cosas juntas (la verdad es que la entrega fue rapidísima. Hice la compra un día por la mañana, y a la tarde siguiente ya la tenía en casa). En el envase vienen 50ml. y sus ingredientes son estupendos, 100% de origen natural. Tiene certificado EcoCert y no lleva sulfatos, ni fluoruro, ni triclosán, ni parabenos, ni demás guarrerías que le ponen a los dentríficos convencionales. Os pongo una foto para que los veáis:


Lo primero que llama la atención de esta pasta de dientes es el color. No es blanca, como la mayoría de pastas tradicionales, ni tiene franjas de colorines azules, rojas o verdes, como pasa con los clásicos Colgates y similares. La pasta de dientes 100% natural de Green People tiene un color indefinido, grisáceo, arcilloso, algo sucio. Esto, que a primera vista puede resultar algo inquietante, sobre todo para alguien que (como yo) no esté en absoluto familiarizado con otra cosa que no sean las marcas comerciales más tradicionales, es en realidad el primer signo de tranquilidad.


¿Lo veis bien? ¿Veis que no es blanca?

¿Por qué pensáis que las pastas de dientes tienen ese tono blanco nuclear? No es porque sean así de forma natural, sino porque se blanquean. Como ocurre con todo lo demás en la industria cosmética (y en cualquier otra industria convencional, ya sea alimentación, productos de limpieza del hogar y demás), las pastas de dientes se colorean, se tiñen y blanquean para hacerlas más atractivas al consumidor. Piensan que a nadie le gustaría meterse una pasta grisácea en la boca, y deciden por nosotros que lo mejor es inflarla de químicos, únicamente para que su aspecto sea mejor. Pasa lo mismo con esos preciosos efectos satinados y perlados de los champús, que no aportan absolutamente nada, excepto el ser más atractivos, para entrarnos por los ojos.

Su textura también es bastante diferente, como más líquida. Tiene menos cuerpo, aunque la suficiente densidad como para mantener la forma cilíndrica al salir por la boquilla del tubo. Para que os hagáis una idea, es parecida a una crema.


El segundo signo de tranquilidad es que la pasta no hace espuma en la boca. Nada de espuma, cero. ¿De dónde creéis que sale toda esa espuma que se nos llena la boca mientras nos cepillamos? Al igual que ocurre con los champús, los sulfatos son los tensioactivos responsables de producir la espuma, una reacción química que tiene lugar cuando el detergente (o surfactante) se disuelve en el agua o la saliva y reacciona sobre la superficie de la piel, los dientes y las mucosas, favoreciendo y facilitando el arrastre de la suciedad. El problema de los sulfatos es que son muy irritantes para piel. Y si lo son para la piel, imaginaos para las mucosas o las encías, con esa piel tan finita y tan delicada que tienen. 

Así pues, que no produzca espuma es buena señal. No hay sulfatos de los que preocuparse. Pero también tiene sus desventajas. El principal problema con el que me he encontrado usando esta pasta de dientes es que, tras menos dos segundos en la boca, se vuelve líquida. Total y completamente líquida; como si fuese agua. Acostumbrada a usar pastas de dientes que producen mogollón de espuma en la boca, ésta es una novedad para la que no estaba preparada. La espuma es densa, y ayuda a repartir y mantener la pasta de dientes en su sitio mientras te cepillas, pero con una pasta líquida es tarea prácticamente imposible. Poco a poco le voy pillando el tranquillo, pero los primeros días lo puse todo perdido. Salpiqué todo el espejo del baño e incluso he tenido que cambiarme de ropa en un par de ocasiones porque, como sabéis, cuando te manchas de pasta de dientes (y esto vale tanto para la convencional como para la natural), NO HAY FORMA HUMANA DE QUITARLA, al menos no con un poco de agua y frotando con la toalla. Hay que lavar la prenda entera.

Pero bueno, estoy dispuesta a poner de mi parte para acostumbrarme a la nueva consistencia y aprender a cepillarme los dientes de manera que cuando salga del baño parezca que por ahí ha pasado una persona normal y no un mono loco. Es un pequeño esfuerzo que merece la pena, por el bien de unas encías y unos dientes sanos.

En cuanto al sabor, os diré que también hay que acostumbrarse. Es... diferente al de una pasta convencional, aunque no especialmente desagradable (no como el de la pasta de Weleda). Es un sabor fuerte e intenso, como la menta, aunque no sabe a menta para nada (de hecho la pasta no lleva menta; según la web de Green People, es sabor a hinojo) y deja al final un regusto de regaliz en la boca que, como digo, no me desagrada del todo.

Lo más importante de todo es que el resultado es estupendo. Los dientes quedan limpios y suaves al pasar la lengua por encima (de hecho, se siguen notando suaves durante muchas horas, incluso después de comer alguna cosa) y deja en la boca una sensación muy fresquita.


Como sólo llevo usándolo una semana, aún no sé si es eficaz con el tema de las encías sensibles o delicadas, pero dejadme que os diga que las mías son delicadísimas. Normalmente están bien, pero a nada que tengo el más pequeño desajuste hormonal —es decir, dos veces al mes—, se me revolucionan. Me sangran con mirarlas y me salen heridas sin venir a cuento (incluso en el paladar). Así que si es o no efectivo, enseguida lo sabré y os contaré.

De momento, y a falta de haber probado otras pastas de dientes naturales (con excepción de la de Weleda, de la que también hablaré), a ésta le doy un 8.

2 comentarios:

  1. Muy interesante, a ver si pruebo alguna pasta de dientes natural cuando haga algún pedido a iherb :)
    Un saludo!

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    1. Gracias Vickey! :) yo también tengo alguna que otra fichada en iHerb, jeje. Ya me contarás qué tal si pruebas alguna!

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