lunes, 18 de mayo de 2015

Desodorante Schmidt's de Bergamota y Lima

Este post se me ha colado. En realidad aún no debería hablar de este desodorante, porque hay otros dos a la cola, esperando su turno para una evaluación. Pero esos tendrán que esperar.



Y es que por fin —por fin— he encontrado un desodorante 100% natural que realmente FUNCIONA. Así que, como comprenderéis, necesitaba compartirlo con el mundo. Porque eso no es algo que pase todos los días.

Que levante la mano quien no haya pensado alguna vez que la cosmética natural no funciona, quien no haya mirado con recelo un listado de plantitas y extractos de aceites vegetales, pensando que sí, que muy bien, que muy sano y muy ecológico todo, pero seguro que no hace ningún efecto. Porque lo natural no puede ser efectivo.

Era lo que yo misma empezaba a pensar de los desodorantes naturales. Que eficacia y naturalidad eran imcompatibles. Porque era eliminar el clorhidrato de aluminio de la ecuación, y producirse el desastre. Y eso que yo soy de sudar poco. Lo justo y lo normal, cuando hace mucho calor, cuando voy agobiada, cuando me estreso, cuando hago ejercicio... fuera de estas situaciones, no sudo nada, o al menos yo no me entero. En un día normal de invierno o entretiempo puedo no usar desodorante y no pasaría nada.

Aun así, lo uso a diario. Me gusta. Es bueno saber que no vas a oler mal, pase lo que pase a lo largo del día, incluso si hay imprevistos. Pero esto es algo que, hasta ahora, la cosmética natural no me había conseguido solucionar. Primero fue la experiencia desastrosa con el desodorante de Natural Carol. Luego probé otros, como el roll-on Oriental de Logona, o el de árbol de té de Amapola Bio-Cosmetics, de los que tenía pendiente dar una opinión, y no precisamente buena.
Ha habido otros. Otros que compré porque decían no llevar aluminio, pero no que llevaban otras cosas aún peores. De esos ni hablo. Y luego también la famosa piedra de alumbre, que aún no me he animado a estrenar. De ella he oído y leído tantas cosas opuestas y contradictorias que aún no sé qué pensar al respecto.

Pero todo eso ya da igual, porque por fin he dado con la solución definitiva.

Y la solución es ese botecito que veis ahí arriba, y que compré a la desesperada, hace ya varios meses (acabo de meteme a ver la fecha del pedido, y es del 11 de septiembre, vaya tela) y no había estrenado hasta ahora, por gastar los otros desodorantes que tenía en la recámara. Lo compré, concretamente, en Ecco Verde, en el mismo pedido en el que también se vino conmigo la maravillosa crema hidratante de Mu London, de la que ya hablé el otro día, y que tampoco había tenido ocasión de probar hasta hace poco. Me costó 11 euros, y el envase contiene casi 57 gramos de producto.

Es curioso que tuviera este botecito dando vueltas por el baño desde septiembre, sin saber que era la solución a todos mis problemas con los desodorantes naturales. Éste, en concreto, es el de Lima y Bergamota, aunque también tengo otro de Ylang Ylang y Caléndula. Si entráis en la web de Ecco Verde, veréis que lo tienen en otras variedades que espero poder ir probando poco a poco, como Lavanda y Salvia, Cedro y Juniper (enebro) y también una variante sin perfume.

La marca es Schmidt's Deorodant. Yo no la conocía de nada, ya os digo que lo compré a lo loco y a la desesperada. Al parecer, y por lo que he podido investigar, es una casa que se dedica única y exclusivamente a fabricar desodorantes. Y, visto lo visto, lo hacen muy bien.

Quizá la diferencia más llamativa entre un desodorante convencional y el desodorante de Schmidt's así, de primeras, es el formato. A primera vista, éste desodorante no se diferencia en nada de una crema hidratante sólida, tipo manteca.


El envase incluye una pequeña espátula para no tener que meter los dedos en el producto. De esta forma se evita contaminarlo si se toca con los dedos sucios, una queja muy recurrente entre los consumidores de este tipo de formatos tipo tarro. A mí personalmente la espátula me parece un poco engorrosa, y prefiero usar los dedos. Al fin y al cabo, no puedo tenerlos más limpios que al salir de la ducha, que es cuando suelo ponerme el desodorante.

Las instrucciones indican que se debe usar la cantidad equivalente a un guisante para ambas axilas. Aunque como podéis ver, cuando hice las fotos me pasé tres pueblos. Con un guisante hay de sobra, y respetando esa cantidad el producto cunde mucho y dura un montón (entre unos 3 y 6 meses por tarro, según la web de Schmidt's).


El siguiente paso consiste en calentar el desodorante con las manos, hasta que se funda y adquiera una textura cremosa. En mi caso, lo froto un poquito con el dedo, y no tarda nada en deshacerse sobre la palma de la mano.


Luego se aplica la crema en ambas axilas, frotando con suavidad hasta que se absorba. Y listo. Axilas protegidas durante todo el día. Y lo digo con conocimiento de causa. Llevo usándolo una semana en condiciones de calor tipo Madrid en verano, con más de 30 grados a la sombra, y no me ha fallado ni una sola vez. He sudado con él, cosa que está bien, porque recordemos que estamos hablando de un desodorante, y no de un antitranspirante. El otro día por ejemplo sudé como un pollo durante toda la noche porque se me pasó quitar el edredón nórdico a tiempo. Aun así, al día siguiente ni mis axilas ni mi pijama olían a sudor. No olían a nada. 

Ese es el efecto que vengo observando desde que uso el desodorante de Schmidt's. Que al final del día no huelo a nada, ni bien ni mal. A nada. Una maravilla. Con algunos desodorantes antitranspirantes me ha pasado que el perfume que llevan me dura todo el día, y hasta la próxima ducha, quedándose incluso en la ropa. Con los desodorantes naturales que he probado hasta ahora era aún peor: el olor del desodorante se acababa mezclando con el del sudor, dando lugar a algo muy desagradable. En cambio con éste el olor de los aceites esenciales, en este caso bergamota y lima, apenas dura un rato, nada más aplicarlo (huele fresquito, como a limón). Luego desaparece por completo y continúa haciendo su trabajo en silencio, sin dar guerra.

Quizá el formato crema sea menos práctico que un roll-on o un spray, no digo que no. De hecho, ese el principal motivo por el que éste desodorante ha vuelto a mis manos, ya que en un principio lo compré para mi madre, para iniciarla en el mundo de la cosmética natural (compré este para ella, y el de Caléndula para mí). Pero a la vista de los resultados, creo que merece la pena dedicar un par minutos, en vez de treinta segundos, al proceso de aplicarlo.

En cuanto a los ingredientes, y aquí llegamos a la mejor parte, el INCI es limpio y claro, de esos que da gusto verlos. Sólo ocho componentes, todos ellos naturales, sin trampas ni engaños: Manteca de karité, bicarbonato de sodio, polvo de arrurruz, manteca de cacao, aceite de bergamota, aceite de lima, vitamina E y extracto de lúpulo.


La manteca de karité le da esa textura de crema sólida, que se funde al calor de la piel, mientras que el polvo de arrurruz ayuda a absorber el exceso de sudor, manteniendo la piel seca. Aunque el principal responsable de mantener los olores a raya es el bicarbonato de sodio, que, como sabréis si estáis familiarizados con el mundo de la cosmética natural, vale prácticamente para todo.

Si tengo que ponerle una pega a este desodorante, y es una pega pequeña en comparación a su efectividad y a lo encantada que estoy con él, es precisamente sobre el tema del bicarbonato de sodio. Si alguna vez os lo habéis aplicado sobre la piel, enseguida entenderéis a qué me refiero. El bicarbonato tiene una textura arenosa y es ligeramente abrasivo (por eso se utiliza mucho en pastas de dientes). Creo que es importante tener mucho cuidado al aplicarlo sobre la piel de la axila, que es fina y muy delicada. La primera vez que lo usé esto no lo sabía, y froté el desodorante como si se tratara de una crema normal. La sensación es como restregarse arena de playa sobre la piel y la fuerza de la fricción hizo que se me irritasen las axilas, que me estuvieron escociendo durante horas.

Aprendida la lección, ahora lo aplico con mucho mimo, haciendo un masaje muy suave y sin ejercer apenas presión, para que el bicarbonato no raspe la piel, y no he vuelto a tener ningún problema. También ayuda derretirlo muy bien antes de aplicarlo, hasta que se funda por completo. Aun así, no recomiendo usar este desodorante con las axilas recién depiladas (aunque si se hace con cuidado no tiene por qué haber ningún problema). Ese es el único pero que le puedo poner.


Eso, y que sus ingredientes, a pesar de ser 100% naturales, no son de cultivo ecológico (o al menos no lo pone por ningún sitio). Aunque al menos sí que lleva el sello cruelty free.

Por lo demás, puedo decir que por fin he encontrado el desodorante natural definitivo. Le doy un 9, y si no le doy el 10 absoluto es únicamente por el tema del bicarbonato, lo incómodo del formato y el que no sea ecológico, pero no porque cuestione su efectividad, que para mí está fuera de toda duda. Ahora sólo me queda decidir qué hago con todos los otros, que tan malos resultados me han dado.

¿Conocéis algún otro desodorante natural que funcione así de bien?

3 comentarios:

  1. Hola:
    Me gusta tu blog. Desde que abandone los desodorantes industriales sufro porque sudo bastante y me ha encantado esta entrada. He leído críticas buenísimas de este producto aunque hay a personas que les genera irritaciones Fuertes. Ahora ha salido en barra, quizás sea más suave con la piel pero me preocupa que el INCI no sea tan limpio.¿Qué opinas?
    Ingredientes

    Ingredients (INCI): Maranta arundinacea (arrowroot) powder, Cocos Nucifera (coconut) Oil, Euphorbia Cerifera (candelilla) Wax, Butyrospermum parkii (shea butter), Sodium bicarbonate (baking soda), Triglyceride (fractionated coconut oil), Citrus bergamia (bergamot) essential oil, Citrus aurantifolia (lime) essential oil, Tocopherol (vitamin E), Camellia sinensis (Green Tea) Extract

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  2. Leí hace unos días esta entrada en tu blog y, casi a la desesperada, me lancé a comprarlo en Ecco Verde. Siempre he tenido el sudor muy fuerte, e incluso tan sólo un par de horas después de ducharme, el olor es muy desagradable. Había probado todo tipo de Desodorantes sin ningún resultado: unos irritan la piel, otros obstruyen las glándulas sudoriparas y otros simplemente "tapan" el olor a sudor con otro olor más fuerte... Vamos, un desastre!
    Hasta que he probado este de Schmidt... Simplemente FUNCIONA. No evita la sudoración, pero esta ya no huele espantosamente mal!!
    En fin, muchas gracias por la recomendación y ten por seguro que, desde ahora, seguiré tu blog! :-)

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