lunes, 21 de julio de 2014

En busca del Santo Grial de los champús (I): Avalon Organics Scalp Treatment Tea Tree

Este champú con árbol de té de Avalon Organics fue el primero con el que realmente inicié la búsqueda activa de una solución para mi problema con la grasa


Lo compré por recomendación del blog de Acapulco 70, tras leer su archiconocido post "el mito del champú" y concienciarme de la importancia de utilizar productos libres de sulfatos y demás químicos que, por ser agresivos con el cuero cabelludo, no hacían sino empeorar el problema, por mucho que las etiquetas prometieran una y otra vez ser la panacea milagrosa que lo arreglaría todo.


Es un champú en su mayor parte de origen natural, con ingredientes orgánicos certificados (yo de todo esto de las certificaciones os confieso que no sabía nada de nada en el momento de comprar el champú, pero ahora estoy más informada, tras leer posts tan interesantes y bien documentados como éste, de Nina Benito, de quien soy muy fan). Lo único que sabía de este champú en concreto era que no llevaba Sodium Laureth Sulfate, ni parabenos, ni, en teoría, todas esas cosas más o menos chungas que incorporan todos, y absolutamente todos, los champús comerciales, como si no hubiera más opción u alternativa posible en el mundo (gracias Internet por abrirme los ojos). Además, certificaba que no estaba testado en animales, con el logotipo oficial del leaping bunny, algo que me parece fundamental.


Como ya os conté entonces, me fue bastante bien. Cuando lo uso, el pelo me dura limpio casi medio día más de lo normal antes de empezar a engrasarse por la coronilla, algo que, como toda persona que sufra de pelo graso sabe bien, es un grandísimo logro. Medio día más con el pelo brillante, sedoso y con aspecto limpio, incluso después de dormir, es mucho más de lo que esperaba cuando lo usé por primera vez (suelo ser bastante escéptica con estas cosas).

Además, mi cuero cabelludo dejó de descamarse y de picar. No os podéis imaginar lo sequísima que tenía la piel del cráneo tras usar los champús equivocados durante muchos, muchos años, prácticamente a diario (porque a las que tenemos el pelo graso lo de espaciar los lavados nos cuesta mucho, aunque últimamente he hecho grandes avances en ese sentido); pero, muy especialmente, tras haberme lavado la cabeza varias veces sucesivas con un champú asqueroso que prometía mucho y que resultó ser un desastre absoluto: el especial pelo graso de Aussie, que se anuncia a sí mismo como la maravilla de las maravillas, con un cebo perfecto: "el fin de las raíces grasas y las puntas secas". Ahí es nada. 


No sé si conocéis esa marca australiana. Antes me encantaba porque me flipaba el olor. Pero tras probar este champú le cogí una manía que no la puedo ni ver. Que equilibra, dice. 

JÁ. 

Me dejó el cuero cabelludo seco como la mojama, tirante, descamado, y el pelo, que ya de por sí lo tengo fino y muy liso, completamente lacio, pegado al cráneo, sin nada de vida o volumen. Un asco. 

En fin, pero me voy por las ramas. El caso es que el champú y el acondicionador de Avalon Organics fueron todo un descubrimiento. El olor, además, es bastante rico. Huelen a hierbas y un poco como a medicina, pero sin llegar a ser desagradables, sino muy fresquitos. El acondicionador me recuerda un poco al de Davines, aunque es quizá algo menos efectivo que éste.



Sin embargo, tras un tiempo usándolos me di cuenta de que todavía me seguía notando el cuero cabelludo un poco seco. Nada que ver con antes, por supuesto, pero aún me picaba de vez en cuando, sobre todo por las sienes y la zona de la coronilla.

Fue entonces cuando me di cuenta de que, aunque no llevaba Sodium Laureth ni Sodium Lauryl Sulfate, sí incluía en su formulación Sodium Coco Sulfate, que, pese a ser muchísimo más suave y menos agresivo que los otros dos, no deja de ser un sulfato, y por lo tanto, aunque limpia, también reseca la piel.

Lo que hago para compensar la acción del sulfato mientras gasto el bote y voy buscando otro con una formulación aún mejor (ya os iré informando de mis avances), es mezclar el champú con unas gotitas de aceite esencial de árbol de té justo antes de masajearlo. La mezcla casa muy bien, porque el árbol de té es uno de los componentes activos del champú, así que lo que hace es potenciar su efecto regulador y calmante. 


El aceite de árbol de té lo venden en herbolarios, pero yo prefiero comprarlo en Amazon, en una tienda especializada en aceites esenciales que se llama Edens Garden y que me encanta por dos razones; en primer lugar, porque tienen todos, absolutamente todos los aceites habidos y por haber; y, en segundo lugar, porque me sale muchísimo más barato que en un herbolario convencional (por poneros un ejemplo, el bote de aceite esencial de lavanda cuesta 6 dólares (más 3 de gastos de envío, es decir, 9 dólares, unos 6 euros en total tras la conversión), mientras que en un herbolario madrileño lo he visto por 14 euros, con la misma cantidad o menos. (La forma en que algunos herbolarios se suben a la parra con los precios es algo que me indigna muchísimo).

En fin, al grano, que vuelvo a irme por las ramas. 

Por todo lo que os he contado, le doy un 6, y aunque no es la panacea milagrosa ni está completamente libre de químicos poco deseables, sí que es muchísimo mejor que otros que he utilizado hasta ahora, y desde luego le da mil vueltas a cualquier champú que podáis encontrar en un supermercado o perfumería convencional

Podéis encontrarlo por ejemplo en Amazon, en eBay o en iHerb, pero no son los únicos sitios donde lo venden. Creo que el mío lo saqué de Amazon.

Seguiré informando.

2 comentarios:

  1. Muy interesante! Siempre está bien conocer productos nuevos :D.
    Yo tb uso el árbol de té para todo, no sé vivir sin él jejeje.

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    1. Gracias :) seguiré indagando en el tema, porque me parece que eliminar los sulfatos y demás sustancias químicas nocivas no sólo del champú, sino de todos los cosméticos que utilizamos a dirario, es un primer paso en la buena dirección ^^ ¡y sí, el árbol de té es genial, sirve para todo!

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