lunes, 23 de febrero de 2015

Pasta de dientes de árbol de té, de Urtekram

Descubrí esta pasta de dientes dando una vuelta por el herbolario Navarro. Ésta, y otra de Logona, de la que ya os hablaré otro día. Estuve un rato dudando entre una y otra y al final, como no me decidía, me llevé las dos a casa. 



Tengo que decir que, aunque aprecio sus virtudes y lo uso con frecuencia, especialmente en temas de champú (porque va muy bien para el cuero cabelludo y los problemas con la grasa), el olor del aceite de árbol de té es algo que no me gusta nada. Lo tolero, y estoy acostumbrada a él, pero no me gusta.

Si sois como yo, o vais un poco más allá y llegáis al punto de no poderlo soportar, entonces puede que esta pasta de dientes no sea para vosotros. Lo digo porque SABE, y mucho, a árbol de té. Ni menta ni hierbabuena, ni ninguna otra cosa. Tal como huele el aceite de árbol de té, sabe esta pasta.

Dicho esto, si os gusta el árbol de té, o al menos es algo que podéis tolerar, podréis apreciar sin problema lo maravillosa que es esta pasta de dientes. Para empezar, poquitos ingredientes (cosa que suele ser buena señal), tan poquitos que parece imposible. Sólo seis, lo esencial y nada más, sin adornos ni tonterías: arcilla blanca, agua, glicerina, goma xantana (un aditivo natural de grado alimentario para aumentar la viscosidad de la mezcla) y aceites esenciales de árbol de té y mirra. Fin.


Igualito que las marcas comerciales, vamos. Os vuelvo a poner esta foto del INCI de la pasta de dientes de Kemphor, que es la que tengo siempre rondando por casa, para que podáis comparar. 


Como veis, nada menos que catorce ingredientes, más del doble que la de Urtekram, entre ellos cosas tan inútiles e innecesarias como el Sodium Laureth Sulfate (para que haga espumita, que tanto le gusta a la gente) y hasta tres colorantes distintos (dióxido de titanio, para blanquear, y los CI 19140, amarillo ácido, y CI 15985, amarillo crepúsculo, ambos colorantes artificiales de tipo azoico) que, sinceramente, no sé ni qué pintan ahí, porque la pasta es de un blanco nuclear.

Volviendo a la pasta de dientes de Urtekram, además de ser 100% natural, un 20% de sus ingredientes proceden de la agricultura ecológica, motivo por el cual está certificada por Ecocert como cosmético natural y ecológico —que es el grado más alto de certificación que ofrece este sello—, al igual que todos los productos de esta marca escandinava que, además, no testa en animales y es totalmente apta para veganos.


No recuerdo exactamente cuánto me costó, porque la compré hace tiempo y no conservo el ticket. Además, la web del herbolario Navarro es bastante desastre y no aparecen listados todos los productos de la tienda, pero podéis tomar como referencia los precios de la web mundoecológico, donde el envase de 75 ml. se vende a 4,38 euros (más o menos algo así me costaría a mí) y además ahí lo tienen en más sabores (té verde y menta, eucalipto, aloe vera). 


Es algo más caro que un dentífrico convencional, pero os aseguro que compensa con creces. A mí el tubo me dura más o menos un mes, usándolo tres veces al día.

Al no contener sulfatos, la pasta no hace espuma. Esto puede que os choque si es la primera vez que usáis un dentífrico natural, pero yo ya me he acostumbrado y es algo que agradezco. La pasta tiene una textura suave y un sabor que, como dije al principio, puede que te encante o puede que te horrorice, al menos hasta que te hagas a él. La buena noticia es que, aunque te salpiques y te manches la ropa mientras te cepillas, algo que antes me daba pavor (más de una vez me he tenido que cambiar entera porque no ha habido forma humana de quitar la dichosa mancha), no pasa nada: esta pasta de dientes no mancha la ropa. Un poco de agua y un par de pasadas con la toalla, y listo, como si nunca hubiera pasado.


Aunque cumple con creces su misión, al no llevar menta ni hierbabuena ni nada parecido, esta pasta no refresca la boca, y esa sensación de frescor de después del cepillado es algo que echo de menos. Por eso, y porque el sabor a árbol de té no acaba de conquistarme, le doy un 7. Tengo pendiente probar otros sabores, a ver si me gustan más que éste y puedo por fin ponerle el 10 absoluto que se merece.

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