jueves, 20 de junio de 2013

Pintar cajas de madera

Confieso que tengo una pequeña obsesión con las cajas de madera. Me encanta pintarlas y arreglarlas, y usarlas luego para guardar cosas. Muchas veces las cojo de la calle, otras las veo en tiendas y no puedo evitar comprarlas, incluso aunque no sepa para qué las voy a utilizar.


Es lo que me pasó con esta cajonera de IKEA.



Como digo, compré esta cajonera en IKEA, en principio sin saber para qué la quería, aunque enseguida decidí que me serviría para empezar a organizar un poco mi habitación, que está siempre hecha un desastre. Las venden así, tal cual, con la madera sin tratar y sin pintar, para que puedas decorarla como más te guste. Hay muchos modelos y tamaños, con más o menos cajones, pero a mí me gustó éste porque tiene las medidas justas para encajar en mi estantería.

Me hubiera gustado preparar un tutorial que pudiera resultar de utilidad para alguien. Pero nunca me acuerdo de ir haciendo fotos según trabajo. Hacer un paso a paso bien documentado no es mi fuerte. De todas formas, he conseguido recopilar unas cuantas imágenes que, si no sirven como tutorial, al menos permiten hacerse una idea de cuál es el proceso para conseguir el resultado final. 

Pido perdón de antemano si las fotos no son de muy buena calidad.

Lo primero que hice fue darle una mano de pintura. Verde por el exterior y blanco para los cajones. La pintura que usé es una que venden en Leroy Merlin, especial para madera, que es una maravilla. Es una pintura ligeramente translúcida, que una vez se ha secado deja entrever las vetas de la madera, dando un efecto rústico, como desgastado.


Cuando la pintura se hubo secado, lijé un poco la madera para suavizarla e igualar la superficie y, a continuación, apliqué una segunda capa de pintura, para darle el acabado definitivo.

Después, utilicé papel auto-adhesivo para cubrir el fondo de la cajonera, que es de un material distinto —una lámina fina de conglomerado—, tanto por detrás como por delante. Este papel auto-adhesivo en concreto se utiliza para forrar las paredes, así que es muy resistente. Puede limpiarse sin problemas con un trapo húmedo, porque la superficie es impermeable. Y aunque me costó un poco pegar la parte de dentro porque el travesaño de madera estaba en todo el medio, no hay problema en despegarlo y volver a pegarlo tantas veces como haga falta, hasta que quede recto, liso y sin burbujas.



Los cajones los forré con tela, también auto-adhesiva. Usé un estampado diferente para cada cajón. El problema es que sólo tenía una lámina A4 de cada una de ellas, y la cantidad fue un poco escasa. Pero bueno, soy bastante chapucera para estas cosas y el resultado final me gustó. De todas formas, para los cajones también puede utilizarse papel auto-adhesivo (en vez de tela), o incluso tela normal, encolando las paredes.


Por último, pinté a lápiz un par de dibujitos en la parte delantera de los cajones, y aproveché los trocitos sueltos de tela que me sobraron para colorearlos. No tenía ningún rotulador permanente a mano, así que los perfilé con un pilot normal, de ahí que la niña, que fue lo primero que pinté, me quedase peor, porque la tinta se me corrió un poco antes de que se hubiera secado del todo.



Al final, organizar, lo que se dice organizar, he organizado poco. Aún no lo he colocado en la estantería y ya tengo los cajones llenos hasta arriba de cosas. Pero aun así estoy muy contenta con el resultado :)


Materiales empleados:
  • Cajonera de madera sin tratar. IKEA
  • Pintura para madera blanca y verde. Leroy Merlin
  • Brocha pequeña
  • Papel autoadhesivo
  • 4 láminas de tela auto-adhesiva DIN A4 (con diferentes estampados)
  • Lápiz
  • Pilot negro
  • Lija de grano medio-fino

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