Es lo que me pasó con esta cajonera de IKEA.
Como digo, compré esta cajonera
en IKEA, en principio sin saber para qué la quería, aunque enseguida decidí que
me serviría para empezar a organizar un poco mi habitación, que está siempre
hecha un desastre. Las venden así, tal cual, con la madera sin tratar y sin
pintar, para que puedas decorarla como más te guste. Hay muchos modelos y tamaños,
con más o menos cajones, pero a mí me gustó éste porque tiene las medidas
justas para encajar en mi estantería.
Me hubiera gustado preparar un
tutorial que pudiera resultar de utilidad para alguien. Pero nunca me acuerdo
de ir haciendo fotos según trabajo. Hacer un paso a paso bien documentado no es
mi fuerte. De todas formas, he conseguido recopilar unas cuantas imágenes que,
si no sirven como tutorial, al menos permiten hacerse una idea de cuál es el
proceso para conseguir el resultado final.
Pido perdón de antemano si las fotos no son de muy buena calidad.
Lo primero que hice fue darle una
mano de pintura. Verde por el exterior y blanco para los cajones. La pintura
que usé es una que venden en Leroy Merlin, especial para madera, que es una
maravilla. Es una pintura ligeramente translúcida, que una vez se ha secado
deja entrever las vetas de la madera, dando un efecto rústico, como desgastado.
Cuando la pintura se hubo secado,
lijé un poco la madera para suavizarla e igualar la superficie y, a
continuación, apliqué una segunda capa de pintura, para darle el acabado definitivo.
Después, utilicé papel
auto-adhesivo para cubrir el fondo de la cajonera, que es de un material
distinto —una lámina fina de conglomerado—, tanto por detrás como por delante. Este
papel auto-adhesivo en concreto se utiliza para forrar las paredes, así que es
muy resistente. Puede limpiarse sin problemas con un trapo húmedo, porque la
superficie es impermeable. Y aunque me costó un poco pegar la parte de dentro
porque el travesaño de madera estaba en todo el medio, no hay problema en
despegarlo y volver a pegarlo tantas veces como haga falta, hasta que quede
recto, liso y sin burbujas.
Los cajones los forré con tela,
también auto-adhesiva. Usé un estampado diferente para cada cajón. El problema
es que sólo tenía una lámina A4 de cada una de ellas, y la cantidad fue un poco
escasa. Pero bueno, soy bastante chapucera para estas cosas y el resultado final
me gustó. De todas formas, para los cajones también puede utilizarse papel
auto-adhesivo (en vez de tela), o incluso tela normal, encolando las paredes.
Por último, pinté a lápiz un par de dibujitos en la parte delantera de los cajones, y aproveché los trocitos sueltos de
tela que me sobraron para colorearlos. No tenía ningún rotulador permanente a
mano, así que los perfilé con un pilot normal, de ahí que la niña, que fue lo
primero que pinté, me quedase peor, porque la tinta se me corrió un poco antes
de que se hubiera secado del todo.
Al final, organizar, lo que se
dice organizar, he organizado poco. Aún no lo he colocado en la estantería y ya
tengo los cajones llenos hasta arriba de cosas. Pero aun así estoy muy contenta
con el resultado :)
Materiales empleados:
- Cajonera de madera sin tratar. IKEA
- Pintura para madera blanca y verde. Leroy Merlin
- Brocha pequeña
- Papel autoadhesivo
- 4 láminas de tela auto-adhesiva DIN A4 (con diferentes estampados)
- Lápiz
- Pilot negro
- Lija de grano medio-fino
No hay comentarios:
Publicar un comentario