miércoles, 10 de diciembre de 2014

Receta casera de hidratación extrema

El otro día descubrí, un poco por casualidad, la cosa más hidratante del mundo para mis piernas, que, si ya de por sí son secas, ahora en invierno ni os cuento. Y no, no es una loción ni una crema comprada en una tienda; es un potingue totalmente casero, todo hand-made. Y además es súper fácil de hacer. 

Os cuento.



No sé si conoceréis el blog de Lauren Conrad. Es bastante famosillo, porque ella es algo así como una celebridad en Estados Unidos (no me preguntéis por qué, porque no lo sé). Yo lo sigo porque, aunque a veces me empacha un poco ese rollo de cómo ser siempre the perfect lady, a lo Bree van de Kamp, en general está bien; publican muchos consejos interesantes, tutoriales, trucos de maquillaje, recetas sanotas y demás asuntos así, como muy de chicas, además de tener siempre unas fotos preciosas, que creo que es lo que más me gusta de todo. Está todo muy mimado, hay un equipo de gente detrás y se nota.

Hace ya algún tiempo subieron una receta casera para un tratamiento con el que combatir los malditos pelos enquistados. Algunas quizá tendréis la suerte de no saber siquiera qué es eso, pero, si sois como yo, mujeres de pelo recio, sabréis bien de qué hablo.

Yo ahora lo llevo mejor, en parte porque desde hace ya algún tiempo estoy usando una lámpara de luz pulsada, que es un sistema de depilación que debilita e inhibe el crecimiento del vello y, entre medias, me paso la cuchilla. Pero antes, cuando usaba la depiladora eléctrica, me montaba auténticas carnicerías en las piernas, hurgando con el alfiler para sacar todos los pelitos enquistados. Todavía me queda alguna cicatriz de aquella época. De hecho, una vez, de forma totalmente imprevista e inesperada, le tuve que enseñar mis piernas recién masacradas a un señor venerable de unos setentaytantos, muy serio y muy respetable, y también bastante antipático. Concretamente, a un médico de Urgencias que me atendió por una lesión en el pie, y que se quedó tan descolocado ante aquel espectáculo que casi hasta se olvidó del motivo por el que estaba allí realmente «¿Pero qué te has hecho en las piernas, criatura?» Pasé mucha vergüenza explicándole que todas esas heridas me las había hecho yo solita el día anterior, sacándome pelos con un alfiler y unas pinzas.

Pero bueno, que me voy por las ramas, para variar.

El caso es que, aunque ahora tengo muchos menos pelos enquistados que antes, de vez en cuando todavía me topo con alguno, y no soy capaz de resistir la tentación de hurgar hasta sacarlo. Así que cuando di con el post de Lauren Conrad sobre cómo preparar un tratamiento casero para combatirlos, decidí que era justo lo que necesitaba, y me animé a probarlo.

Tenía, además, dos puntos muy importantes a favor. El primero, que era totalmente natural, y el segundo, que era además facilísimo de hacer. Llevaba sólo tres ingredientes. Y lo mejor de todo, ya los tenía por casa.

De todas formas, siendo como soy (es decir, un desastre), han tenido que pasar varios meses desde que me topé con la receta hasta que me he animado a prepararla. Nunca veía el momento. Y luego han pasado varias semanas más desde que por fin me puse manos a la obra y la preparé, hasta que la probé por primera vez, el otro día, justo después de pasarme la cuchilla.

No tenía ningún pelo enquistado en ese momento, así que aún no sé si es o no efectiva para combatirlos, lo que sí os puedo decir es que es la cosa más hidratante que me he puesto nunca en las piernas, y sin resultar grasienta en absoluto. Pero luego voy con eso. Primero quiero compartir la receta, que es tan simple que da hasta gusto. Se hace en menos de tres minutos.

Como he dicho antes, sólo hacen falta 3 ingredientes: aceite de coco, aceite esencial de lavanda y aceite esencial de árbol de té. No sé hasta qué punto será necesario aclarar esto, pero a la hora de elaborar cosmética casera es muy importante utilizar siempre ingredientes de calidad. Es lógico, ¿no? Pasa con todo; la calidad de la materia prima determina la calidad del producto final. Y más cuando ese producto lo elaboramos en casa, y con unos conocimientos limitados.

En mi caso, usé el aceite de coco virgen de NaturGreen, ecológico y de primera presión en frío. Lo compré en un herbolario al lado de casa, por unos 9 euros y pico, creo, y aunque en principio lo compré para usarlo en el pelo y en la piel, hace ya un par de meses que lo tomo todos los días para desayunar. Está riquísimo, y además es super sano. Si queréis saber más sobre las propiedades del aceite de coco y los beneficios de su consumo, os recomiendo leer este post (aunque es sólo uno de tantos, hay miles y miles). Es importante tener en cuenta que un aceite de coco que no sea apto para el consumo no es un aceite de calidad.  

El aceite de coco se puede conservar tanto a temperatura ambiente como refrigerado. El mío, como podéis ver en la foto, está en estado sólido porque lo guardo en la nevera, así que lo saqué un rato antes de preparar la receta, para que se ablandara un poco.


En cuanto a los aceites esenciales, tuve la suerte de que justo el de árbol de té y el de lavanda ya rondaban por casa, fruto de experimentos anteriores. Como están muy concentrados y se usa poquita cantidad cada vez, cunden un montón. Ojo con esto, no es lo mismo un aceite esencial que uno vegetal. Son dos cosas totalmente diferentes, no tienen nada que ver, aunque mucha gente tiende a confundirlos.



Los aceites esenciales se pueden comprar en herbolarios y en tiendas especializadas en cosmética natural. El problema de comprarlos en tiendas físicas es que son carísimos. El bote de 10ml. de aceite esencial de lavanda me costaba en el herbolario de al lado de casa más de 10 euros. Me pareció una locura. Así que lo que hice fue perdirlo por Amazon a Estados Unidos, donde lo puedes encontrar casi a mitad de precio. La marca que yo uso (vamos, la que he estado usando hasta ahora) es Edens Garden, que me inspira mucha confianza, porque me parecen aceites de mucha calidad. El de lavanda es un poco más caro que el de árbol de té, supongo que el precio depende del nivel de dificultad que conlleve su obtención, pero el de árbol de té es razonablemente asequible (unos 3 o 4 dólares el bote).


Una vez que tengáis los ingredientes, la receta es tan fácil como mezclarlo todo y listo. Las proporciones necesarias son:

  • Dos cucharadas soperas de aceite de coco
  • 12 gotas de aceite esencial de árbol de té
  • 7 gotas de aceite esencial de lavanda


Además, necesitaréis también un recipiente donde meter la mezcla. A ser posible con tapa, para que podáis guardar lo que sobre y volver a usarlo siempre que os haga falta.


Podéis hacer más o menos cantidad y guardarlo para futuros usos, tan sólo tenéis que respetar las proporciones establecidas. Lo bueno es que no necesita ningún tipo de aditivo o conservante, ya que al no contener agua, y al ser su base el aceite de coco, que no se enrancia en mucho, mucho tiempo, puede aguantaros perfectamente meses en el armario del baño sin ponerse malo ni estropearse. También, si así lo preferís, lo podéis guardar en la nevera.


Como envase yo he utilizado este tarro de cristal que compré en el chino a 1 euro. Los tienen en diferentes formatos y capacidades. La verdad es que los chinos están mejorando muchísimo. De un tiempo a esta parte me están reconquistando. No dejan de traer preciosas cajitas de madera sin tratar para decorarlas al gusto y montones de envases de vidrio de todas las formas, tamaños y colores imaginables, para almacenar cualquier cosa que se os ocurra.

La función principal de esta especie de manteca, como he dicho antes, es combatir los pelillos enquistados. El aceite esencial de árbol de té tiene propiedades antisépticas y antibacterianas, por lo que resulta un desinfectante natural muy potente, que previene las infecciones causadas por el bloqueo de los poros y la consiguiente acumulación de sebo. La lavanda, por su parte, calma y suaviza la piel. Y el coco, que además también es antiséptico y antifúngico, la hidrata.


Ya os digo que no sé si el tratamiento es o no efectivo contra los pelos enquistados. Cuando me salga alguno lo probaré. Pero lo que sí os puedo decir es que hidrata mogollón. Y además es una hidratación constante, de veinticuatro horas mínimo (que fue el tiempo que pasó desde que me la puse hasta que volví a ducharme, y mis piernas seguían suaves), no como esas cremas que dan una falsa sensación de frescura y suavidad durante una o dos horas, y luego, sin venir a cuento, la piel se te empieza a cuartear y a descamar hasta que se queda un craquelado que ni el desierto de Atacama (ya os digo que tengo las piernas muy secas). 

Pero tampoco es una de esas mantecas o aceites grasientos que no se terminan de absorber en la vida, y que te tienen dando vueltas por la casa sin poder vestirte, por temor a que se te queden pegadas las medias. Al aplicarlo, la sensación sobre la piel es, lógicamente, aceitosa. Al fin y al cabo, es aceite de coco puro y duro. Pero es un aceite seco, de esos que se absorben prácticamente al instante. ¿Sabéis a qué me refiero? En un momento dado lo estás masajeando sobre la piel para extenderlo por toda la pierna, y al instante siguiente ya se ha secado y no queda nada que extender. La piel lo absorbe con gusto, casi con ansia. 

Si es invierno o si lo guardáis en la nevera, el aceite se encontrará en estado más o menos sólido, como en la foto, pero  veréis que en cuanto lo cojáis con los dedos empezará a fundirse con el calor de la piel. El olor, a pesar de lo que pueda parecer (y de lo que diga en el post de Lauren Conrad), no es lo mejor del mundo, porque aunque la base es el aceite de coco, la mezcla del árbol de té y la lavanda no casa muy allá. A mí no me gusta nada, vaya. Lo bueno es que se evapora enseguida, a los pocos minutos desaparece por completo, dejando únicamente una sensación super agradable y fresquita de hidratación total y una suavidad increíble, de esas que hacen que te pases el rato acariciando tus propias piernas. Ejem.

En conclusión, que, haya o no pelos enquistados, ya tengo tratamiento de choque para la piel seca en invierno.

1 comentario:

  1. Holaaaa... qué interesante!!... gracias por compartirlo!!!...
    Me gustaría preguntarte acerca de una crema que hayas probado de manos buena... he dado el paso a todo lo eco, pero en la mesilla no puede faltar mi neutrógena, ya que aunque he comprado muchas otras eco, no consigo que me reparen las manos, y llegan al extremo de agrietarse en invierno.
    Espero que puedas echarme una mano.
    Mil gracias!!!!!!!

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