Miraur. Buena marca, mala comunicación

Compré esta crema hidratante buscando alternativas a otras marcas más conocidas. Miraur es una firma española bastante jovencita. Nació en 2012 y yo no me había ni fijado en ella hasta que la descubrí en la tienda online de BirchBox, donde tienen a la venta algunos productos de la marca. 

Van de misteriosos por la vida con el rollo de su fórmula secreta basada, según ellos, en una 'Mágica Combinación de los Minerales del Mar Muerto, Con los Lujosos Componentes de Origen Suizo', rimbombante frasecita con la que me he topado en un montón de sitios al tratar de investigar más sobre la marca, y de la que empiezo a estar un poco harta. No me molan un pelo los secretismos y este tipo de chorradas. Creo que cuanta más transparencia y cercanía muestre una marca, mejor que mejor. Donde esté una lista honesta de ingredientes, que se quite todo lo demás.

No me inspiraba mucha confianza, pero aun así me animé a probar, más que nada porque los comentarios sobre la crema eran muy buenos. Lo primero que me gustó fue ver en el envase el logo de 'cruelty free'.

De un tiempo a esta parte, es algo de lo que me estoy preocupando mucho, y he decidido no volver a comprar ni un sólo cosmético que no se postule en contra de la experimentación con animales, certificando en todos sus productos que éstos son totalmente cruelty free.

La crema es ligera y se absorbe bien, aunque tarda un poquito en hacerlo, y la sensación grasa dura unos minutos antes de desaparecer del todo. 

Contiene unas pequeñas bolitas rojas (microcápsulas de vitaminas, he leído) que, al aplicarlas sobre la piel, se deshacen y manchan momentáneamente, pero desaparecen casi al instante. El resultado es muy bueno y estoy contenta con ella, aunque la protección solar es demasiado floja, sólo 15 FPS, por lo que dejaré de usarla en cuanto termine el tarro, porque para verano no me sirve nada por debajo de 30.

Lo próximo que voy a probar de la marca es el champú mineral de barro y el acondicionador.

He aprovechado las rebajas de BirchBox para comprarlos, únicamente porque soy una loca de los champús y siempre ando a la busca de uno que me ayude definitivamente a controlar el problema del pelo graso, pero aun así son muuuy caros y se salen de mi presupuesto habitual, así que más les vale ser buenos.

Ya os contaré.

EDITO. Aún no he probado el champú y el acondicionador, aunque ya algún tiempo que los tengo en mi poder. Os tengo que contar que estoy algo más que indignada con Miraur, y mi opinión sobre la marca, hasta ahora buena —aunque con reservas—, empieza a hacer aguas es totalmente pésima. Ya he dicho alguna vez que si hay algo que me molesta es la falta de transparencia y de honestidad, algo de lo que, desde un principio, ya sabía que Miraur pecaba. Sin embargo, ahora hemos pasado de secretismo y falta de claridad, a la mentira flagrante y descarada. Y eso es algo que me quema mucho.

Os lo enseño.

Como podéis ver, en la etiqueta del champú, en letra razonablemente grande y clara, dice clarísimamente "No contiene parabenes". Así, tal cual. Más claro que eso, imposible.

Sin embargo, si os vais al otro lado de la etiqueta, donde figuran los ingredientes, en una letra ya no tan grande ni tan clara, nos topamos con esto:

 Mirad más de cerca:

¿Lo veis ahí, escondido entre otras muchas porquerías? Justo por detrás del barro del Mar Muerto, tenemos el Methylparaben. Un parabeno como una casa.

Y por si fuera poco recochineo, encima en su web tienen la poca vergüenza de poner esto:

Y no digo nada más, porque creo que no hace falta.

No me gusta nada que me mientan; por eso, con este champú, me despido para siempre de Miraur.